La Rueda de la Conciencia (de Daniel J. Siegel)

Llamamos integración a la capacidad del cerebro para funcionar de manera equilibrada, aprovechando el potencial de emoción y la racionalidad (integración horizontal); y de manera autorregulada (integración vertical), dando como resultado una sensación íntima de confianza y seguridad ¿cómo conseguirlo?

Es una técnica propuesta por Daniel J. Siegel en su libro “Tormenta Cerebral” (ver Bibliografía), que utilizo con mucha frecuencia.

  • ayuda a las personas a pensar en profundidad y a encontrar soluciones a sus problemas
  • contribuye a crear coherencia entre lo que las personas pensamos, sentimos y cómo actuamos
  • si se utiliza con frecuencia, facilita el desarrollo de la función ejecutiva como, por ejemplo, la atención, reflexión, empatía y la autorregulación emocional
  • y ayuda a desarrollar un modelo operatorio interno asociado a un modelo de apego (adolescente o adulto) más seguro

Lo que más me gusta de esta técnica es que es muy práctica y sencilla que, si se aplica con un mínimo de empatía, no existe ningún riesgo de que provoque daño. Por tanto, es muy útil para profesionales y para madres y padres.

Eso sí, es una técnica aplicable a partir de los 12 años. El motivo es que durante la adolescencia emerge la capacidad de pensamiento abstracto, que es imprescindible para ponerla en práctica. Pero también puede utilizarse con adultos, o con uno mismo ¡me encanta!

Para que nos entendamos, consiste en una entrevista semiestructurada, en la que el entrevistador (padre/madre o profesional) asume la tarea de redirigir la atención del entrevistado secuencialmente por 4 zonas diferentes: el exterior, el cuerpo, la mente y las relaciones.

Educación_Familiar_Rueda_Conciencia
Adaptación de la Rueda de la Conciencia (de Daniel J. Siegel)

Aunque suene un poco extraño, se trata de activar secuencialmente las diferentes partes del cerebro del entrevistado, para que crear conciencia de sus propios procesos mentales (metacognición), para mejorar la calidad de las conexiones cerebrales entre esos núcleos fundamentales (plasticidad) y para mejorar la relación con los demás (mentalización). Dejando siempre, por supuesto, que la persona tome sus propias decisiones, con la máxima libertad autonomía.

Pero ¡al turrón! ¿De qué va todo esto?

Pues bien. Imagina que te llega una persona con una demanda más o menos concreta. Como, por ejemplo, que su hija “no le hace nunca caso”.

El PRIMER PASO sería concretar. Por ejemplo, podrías preguntarle cuándo ha sido la última vez que ha sentido que le desobedecía. Trataremos de centrarnos en un hecho o acción bien delimitados en el espacio y el tiempo.

El SEGUNDO PASO es ir a la zona exterior (ver esquema), que en términos de neurobiología implicaría la activación —sobre todo— del hemisferio cerebral izquierdo. El más lógico y racional. Trataremos de crear un relato lo más coherente posible. Para ello, podemos hacer preguntas como éstas:

  • Si hubiera estado presente una persona que no os conociese de nada ¿cómo relataría lo que vio?
  • ¿Qué paso inmediatamente antes? ¿Y después?
  • ¿Qué viste? ¿Qué escuchaste?
  • ¿Qué fue lo que exactamente dijo? ¿Qué fue lo que exactamente le contestaste tú?
  • … etc.

Como veis, la atención está situada fuera de nosotros. Esto nos permite hacer un análisis “racional” (entrecomillado, porque la lógica no es —ni mucho menos— la única forma de razón).

El TERCER PASO es ir a la zona del cuerpo. Un paso que solemos omitir, pero que es sumamente importante. La idea es que las percepciones del exterior, entes de ser procesadas por la corteza cerebral, pasan por sistema límbico, cobrando sentido en función de las experiencias vividas y activando o no una respuesta emocional primaria, que predispone al cuerpo para enfrentarse de una determinada manera a ese acontecimiento.

En este sentido, podemos hacer preguntas como:

  • ¿Sentiste que se activó tu cuerpo?
  • Descríbeme dónde y como sentiste esta activación.
  • Entonces ¿Qué te pedía el cuerpo? Puedes ofrecer opciones: luchar, huir, paralizarte, llorar (pedir ayuda), expandirte o relajarte.
  • … etc.

El CUARTO PASO es hacer una pregunta clave: ¿crees que tu cuerpo reaccionó a en consonancia con lo que estaba pasando (serpiente)? ¿o piensas que reaccionó de forma exagerada (fantasma)? ¿a qué crees que estaba reaccionando, a algo del presente o a algo del pasado? Esta pregunta es clave, porque la respuesta verbal y no verbal nos puede indicar la presencia (o no) de elementos no resueltos que pueden afectar al presente. Con la consiguiente necesidad de valorar con el/la implicado/a la posibilidad de terapia.

El QUINTO PASO es aterrizar en la zona interior, más relacionada con el hemisferio cerebral derecho, el más emocional. En este punto es importante que sientas que tu objetivo no es buscar soluciones, sino expresar qué pasó dentro de nosotros. Por ejemplo:

  • ¿Cómo te hizo sentir lo que pasó?
  • ¿Qué imágenes te pasaron por la cabeza?
  • ¿Qué pensaste?
  • ¿Cómo repercutió en tu estado de ánimo todo esto?
  • ¿Cuál era tu principal motivación? ¿Y tu buena intención?
  • … etc.

El SEXTO PASO implica focalizar la atención en la zona de las relaciones. Porque todo lo que vivimos, pensamos y sentimos, tiene una repercusión en cómo nos perciben y nos sienten los demás (circularidad). Y esto, a su vez, repercute en nuestro estado de ánimo. Así que haremos preguntas como estas:

  • ¿Describe tu respuesta?
  • ¿Podrías representarla para que me haga una idea? Buen momento para un juego de roles.
  • ¿Qué es lo que de verdad te hubiese gustado conseguir de ella?
  • ¿Cómo crees que ella se sintió? ¿Qué pudo pensar?
  • ¿Cómo te afectó a ti su respuesta?
  • ¿Te quedaste a gusto? ¿Os sentisteis más tensas o más relajadas? ¿Más unidas o más separadas?
  • Ahora que hemos hablado ¿Cómo te hubiese gustado que fuera? ¿Qué te hubiera gustado hacer?

Y aquí terminamos. Quizás mi exposición ha sido muy densa. Disculpadme por ello. Me doy cuenta. Pero recordad que siempre lo podéis simplificar.


¿Qué os parece? ¿Creéis que puede serviros en vuestro trabajo? ¿Os gustaría poner la técnica a prueba? ¡Ya sabes que puedes contar con nosotros!


Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

5 comentarios en “La Rueda de la Conciencia (de Daniel J. Siegel)

Deja un comentario