Una historia de duelo infantil.
Seguir leyendo “Abrazada a una pelota”
Una historia de duelo infantil.
Seguir leyendo “Abrazada a una pelota”[…] Esa niña estaba pasando por un momento difícil, porque su Aita estaba malito y tenía que pasar una temporada en el hospital. […]
Seguir leyendo “Carita de colores “[…] Porque todavía, en el siglo XXI, sigue habiendo centros educativos en los que las niñas y los niños sólo pueden ir al baño durante los recreos y, si luego les vienen las ganas, pues nada, oye tú, haberlo previsto bien. […]
Seguir leyendo “La adultez frágil”[…] —Es que Amara y yo queremos contarte el “cuento de lo que nos ha pasado” —repetí—. ¿Verdad Amara? […]
Seguir leyendo “Un dolor de tripa”[…] Un día, su ama le habló con firmeza.
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Seguir leyendo “Amara canguro: historia en una bolsa”Nuestra primera respuesta ha sido instintiva: decirle que no, que no nos gusta que lo haga, y apartarle la mano con afecto y firmeza. Y, en paralelo, explicarle los motivos. De culo nos iba.
Seguir leyendo “Un dedito en la nariz”Llamo así a estas cosas que pasan, que reconfortan y conectan el cuerpo, pero sin abrumar al sistema nervioso empujándolo fuera de su ventana de tolerancia.
Seguir leyendo “Experiencias puente | entre la realidad y el sistema nervioso”[…] Nuestro cerebro está hecho para funcionar en comunidad, en pareja, en tribu; y el mero hecho de sentir la soledad lo coloca en una actitud protectora. […]
Seguir leyendo “El cerebro: un órgano social que se organiza protegido por terceros”En el congreso “La mirada interna en el trabajo con personas: reconexión y cuidados colectivos”, organizado por Verónika Bajarrón Alkobendas (La Psicokiller).
Seguir leyendo “Intervenir desde las tripas | próxima ponencia”Os voy a contar una cosa que me resulta, a la vez, tierna y triste.
Se trata de que mi principal objetivo, ahora, es llegar vivo al día 1 de Junio.
Ese día es el cumple de mi hija. Hace 3 añazos.
Sé que lo que le he aportado hasta ahora es importante. Y que las cosas, en el desarrollo de los niños, aparecen cuando aparecen, y no se ajustan a parámetros rígidos ni adultistas.
Pero, para mí, los 3 años es el límite que marca que empiecen a quedar fijados los recuerdos. Y no hablo de la memoria del cuerpo, sino de la episódica, que es ésa que nos permite evocar historias, personas y acontecimientos.
Llamadme tonto, pero me apetece mucho, mucho, estar presente así en la mente de mi hija. No sólo como una sensación agradable, sino también con nuestras historias bonitas.
Con el perrete que fue un poco pesado, y no dejaba de pedirnos comida. El día en la playa cazando como cavernícolas cangrejos. El riachuelo que hace poco intentamos pasar y nos mojamos. O las ortigas que nos picaron y nos hicieron granitos.
Quiero estar, ahí, en una historia bonita, que ella recuerde en sus momentos buenos y momentos malos.
Y en mi mente confusa, a veces rígida, y un poco loca, la fecha límite son los 3 años ❤️
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Gorka Saitua | educacion-familiar.com