No esperes más y empieza cuanto antes a educar en valores con “El Cofre del Tesoro”

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El Cofre del Tesoro es una actividad muy sencilla para fomentar la resiliencia y educar en valores a los niños y niñas desde edad muy temprana. Dedica unos minutos al día, y verás como en poco tiempo mejora tanto el comportamiento de tus hijos o hijas, como tu relación con ellos ¿Será tan fácil y eficaz como parece?

Existen muchas técnicas para educar en valores, como la Clarificación de Valores o la Discusión de Dilemas Morales, herramientas muy útiles para hacer pensar a los adultos sobre cuáles son los principios que gobiernan sus vidas, o para que alcancen mayores y mejores cotas de desarrollo moral.

No obstante, a menudo nos resulta complicado educar a los niños y a las niñas (de 6 a 12 años) en valores de manera consciente y dirigida, entre otras razones, porque no contamos con herramientas adaptadas a su edad con las que podamos sacar el máximo provecho a su capacidad de empatía y benevolencia.

Te proponemos, por tanto, un experimento ¿qué te parece?

INSTRUCCIONES

  • Compra o construye un pequeño cofre de madera.
  • Explica a tu hijo o hija lo siguiente:

Este es un cofre muy especial, porque es un cofre que contiene un tesoro. Un tesoro más valioso que todas las monedas y todas las joyas del mundo. Cada noche encontrarás en el cofre una palabra escrita en una tarjeta. Esa palabra reflejará algo que has hecho hoy y de lo que me siento muy orgulloso u orgullosa. A veces, sabrás lo que significa la palabra, y sabrás rápidamente por qué está en el cofre. Puede que otras veces la palabra te resulte desconocida, y quieras peguntarme su significado. Otras veces, sabrás lo que quiere decir esa palabra, pero no sabrás asociarla a ningún suceso del día. En todos estos casos puedes contar conmigo, y hacerme todas las preguntas que quieras. Estaré a tu disposición siempre que me lo pidas. Me gustaría mucho ayudarte para aclarar todas estas dudas.

  • Deja el cofre en su mesilla de noche, al lado de su cama.
  • Reserva 10 minutos en tu agenda para hacer todos los días este trabajo. Piensa en las experiencias que tu hijo ha tenido durante el día, bien sea contigo, bien en solitario u con otras personas. Selecciona un comportamiento que te parezca especialmente positivo, y asócialo a uno de los siguientes valores: Paz, entusiasmo, felicidad, optimismo, alegría, ambición, amor, bondad, capacidad, contribución, autocontrol, creatividad, dinamismo, energía, excelencia, formalidad, honestidad, humildad, ingenio, integridad, liderazgo, perseverancia, simpatía, sinceridad, talento, esfuerzo, familia, acción, amabilidad, flexibilidad, innovación, seguridad, éxito, libertad, pasión, salud, congruencia, determinación, aventura, orden, enfoque, disciplina, responsabilidad o respeto.
  • Pon esa palabra e una tarjeta, y métela en el cofre. No te preocupes porque tu hijo o hija no comprenda el significado de la palabra. Eso es parte de la chispa del juego.
  • Ahora toca esperar. Estamos seguros de que le picará la curiosidad y mirará el contenido del cofre. Entonces, puede que no te llame para hablar. Eso es bueno, significa que probablemente se haya dormido orgulloso u orgullosa, recordando algo bueno que ha hecho. Pero también puede ser que te llame, bien para que le expliques qué significa la palabra, o porque no sepa por qué la has puesto. Eso es fantástico. Es un momento precioso para compartir con él o con ella las cosas que va haciendo mejor, y los retos que va superando. Seguro que tenéis una conversación muy grata y estimulante.

Recuerda que esa conversación tiene que ser de forma y contenido positivos. No cedas a la tentación de hacerle reproches, interrogarle, o de hacerle reflexionar sobre las cosas que ha hecho mal durante el día. Es imprescindible que nos quede un buen sabor de boca.

Haz esta actividad todos los días, sin excepciones. Hazla de manera sistemática, como cuando te tomas las pastillas que te ha recetado el médico. Y sobre todo, no falles los días en que menos te apetece hacerla (cuando has discutido con tu hijo o hija, cuando estás cansado o cansada, o cuando sientas que es una tontería), porque esos serán los momentos en que tu hijo o hija más lo necesite.

¿QUÉ CONSEGUIMOS CON ESTO?

La actividad es muy simple, pero moviliza en tu hijo o hija procesos muy importantes:

  • En primer lugar, la actividad permite reparar las cosas si vuestra relación ha sufrido durante el día. A pesar de que le hayas reñido o que hayáis discutido, ambos quedaréis con un buen sabor de boca, y con ganas de compartir conversación y compañía el próximo día.
  • Además, la actividad se realiza por la noche, justo antes de irnos a la cama. Este es un momento de gran sensibilidad, y muy propicio para que los aprendizajes queden fijados gracias al sueño.
  • Tu hijo o hija irá poco a poco asumiendo que hay muchas cosas que hace realmente bien, y por las que merece la pena. Mejorará su autoestima, su capacidad para asumir responsabilidades, su percepción de cómo influyen sus decisiones en otras personas y su seguridad en sí mismo o misma. Cuando cometa un error o se equivoque, o cuando pase un mal rato, esto no le hará demasiado daño, porque sentirá que las cosas buenas son las que gobiernan su vida.

Recuerda que puedes adaptar la actividad para niños más pequeños utilizando dibujos, figuras, u otros elementos. Nunca es demasiado pronto para educarnos en valores.

Finalmente, no olvides en darle a “me gusta” si te ha parecido una buena idea. Y recuerda que nos da un salto enorme en el pecho el corazón cuando recibimos vuestros comentarios. ¿Te has animado a ponerlo en práctica? ¿Cómo te ha ido?


Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com