Trabaja el desarrollo moral de tus hijos o hijas con nuestros dilemas morales; hoy “La Historia de Aatun.”

Indartzen (6)

La resolución de dilemas morales es una de las formas más eficaces de estimular el pensamiento crítico y el desarrollo moral de tus hijos e hijas. Gracias a estos ejercicios, los niños, las niñas y los adolescentes pueden anticiparse a las decisiones críticas que probablemente tengan que afrontar en la vida, clarificando cuáles son sus prioridades vitales. Lee la siguiente historia a tu hijo o hija adolescente, y escucha su respuesta. Si luego la recuerdas y la compartes con nosotros, podemos darte algunas claves para ayudarle a pasar a un estadio superior.

Aatun era una chica africana que había llevado una vida traumática. Con apenas 3 años, había sido vendida a los milicianos de la guerrilla de Sierra Leona. Desde entonces, su vida había sido un verdadero infierno.

Esclavizada desde la más tierna infancia, Aatun se había visto obligada a satisfacer todas las necesidades de los hombres que disponían de ella. Había tenido que barrer, fregar y limpiar durante días, sin apenas descanso. Todo eran insultos y amenazas. Cuando los hombres volvían de sus escaramuzas, la utilizaban como juguete sexual sin reparos. Sus expresiones de dolor, su llanto y su angustia, lejos de frenarlos, estimulaban el sadismo de sus agresores.

Aatun era la esclava preferida de Sidiko, uno de los principales señores de la guerra de Sierra Leona. Sidiko era un hombre especialmente cruel, responsable directo del genocidio de hombres, mujeres y niños, en los poblados que no estaban protegidos por la resistencia rebelde. Dejaba que sus súbditos abusaran de Aatun, pero, con espíritu egoísta, velaba porque su vida no corriese peligro. Nunca dejaría que nadie atentase contra su vida, pasara lo que pasara, y los hombres a su cargo le temían y respetaban su criterio.

En Sierra Leona vive una serpiente que los lugareños llaman Babue Simba. Babue Simba es un pequeño reptil que está prácticamente por todas partes. Su veneno no pasa de provocar un pequeño escozor a las personas adultas, pero es nefasto para los bebés recién nacidos. Recorre la sangre a gran velocidad, y afecta al desarrollo del cerebro. El encéfalo se inflama, y se producen grandes fiebres. La enfermedad es breve, pero deja a los niños gravemente dañados, sufriendo importantes dolores a lo largo de toda su vida. Muchos de ellos apenas pueden moverse de la cama.

Fruto de las violaciones que había sufrido, Aatun concibió a un niño, de nombre Gabión, durante el mes de noviembre. Gabión, por orden de Sidiko, sería en el futuro un importante miembro de la tribu.

Poco después del nacimiento del niño, surgió su oportunidad.

Al despertar, Aatun encontró abierta la puerta de su cubículo. Sacó con timidez la cabeza y descubrió que el centinela se había dormido. Muerta de miedo, pero armada de valor por la necesidad de ofrecer a su hijo una vida mejor, caminó durante minutos a ras de la alambrada, hasta que llegó a la puerta y salió. Llevaba a su hijo en brazos, con la boca tapada por miedo a que emitiera cualquier sonido. Al salir Gabión emitió una leve sonrisa, impulsando a su madre a correr como nunca lo había hecho.

Poco después escuchaba sonar la alarma del campamento. Era evidente que los hombres se habían percatado de su ausencia, y que vendrían, sin duda, tras ella.

Al poco tiempo se le congeló la sangre. De repente se encontró cercada por la jungla, con un inmenso río delante de ella. El río estaba infestado de cocodrilos. Para cruzarlo, tan sólo existía una pequeña pasarela,  construida con tres cuerdas, remendadas entre sí. Era evidente que no podía pasar con su hijo.

No obstante, al otro lado pudo divisar una barca de pescadores. Tenía remos e incluso un motor que quizás funcionase. Era el medio de evasión perfecto para ella y para su hijo.

Paralizada por el miedo, Aatun, tenía que tomar una decisión:

  • Si dejaba al niño solo en el suelo, podía sufrir con gran probabilidad el ataque de Babue Simba, la serpiente, cuyo hábitat preferido era la ribera de los ríos. El niño podría sufrir de por vida. Pero así podría escapar de su tormento.
  • Si no lo hacía, conservaría –con seguridad- la salud de su hijo, pero se expondría a regresar a una vida de tormentos.

Aatun sólo puede elegir entre estas dos opciones ¿cuál es la decisión correcta?


Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

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