El buen encierro | por qué muchas niñas/os lo han hecho especialmente bien

Lo que ayuda a estar bien, cuando todo pinta mal.

No pensaba que un paseo podía mejorar tanto nuestro estado de ánimo.

Cuando le hemos dicho que podíamos ir a la calle, ha aparecido de repente con los zapatos en las manos.

Hemos salido 2 minutos antes de la hora. Mirando a un lado y otro para evitar el control policial 😉.

Y ha sido como volver a la vida.

Hemos saludado a unos gatos, cogido bichos, tirado piedras al agua en la playa, olisqueado flores, mirado los barcos, curioseado en los “botes de aitite” —a donde suele llevarle su abuelo—, subido por “el monte”, trepado a un tronco, hablado con los perros… y yo qué sé cuántas cosas más.

Una maravilla.

No sé cómo lo habrá vivido ella, pero la vemos pletórica. Feliz.

Por mi parte, tengo la impresión de que se me ha “reseteado” el cerebro. Que ya no estoy del todo encerrado.

Pero, incluso, ahora, disfrutando del aire libre, tengo la impresión de que no ha sido tan malo el encierro.

De hecho, he percibido que tampoco les ha sentado mal a muchos niños, niñas y familias a quienes acompaño. Justo al revés de lo que me esperaba.

Trabajamos muchos chicos y chicas que han tenido una historia difícil, a menudo marcada por el trauma. Muchos tienen problemas de salud mental, y sus familias viven desbordadas.

Salvo excepciones, el encierro LES HA SENTADO BIEN.

Movido por la curiosidad, pregunté a los profesionales de nuestra red de apoyo si tenían la misma impresión. Y las y los que contestaron dijeron que sí, que presentían que las chicas, los chicos, y sus familias lo estaban llevando bien. Como yo, andaban sorprendidos.

Vaya por delante que no tengo datos; pero quizás se tendría que estudiar. Porque si este encierro ha reportado beneficios a las familias que lo estaban pasando [verdaderamente] mal, algo nos toca aprender.

Por mi parte, podrían existir algunas razones que podrían explicar estos hechos, en caso de que sean verdad. Voy a enumerar las que me vienen a la cabeza, pero seguro que habrá más:

Tiempo. Es impresionante el poder sanador que tiene pasar TIEMPO —así, sin más— con los niños y niñas. Sobre todo, cuando vivimos en un mundo donde hemos normalizado delegar los cuidados para ser productivos y trabajar.

Presencia. Es lo que convierte al tiempo, en TIEMPO DE CALIDAD. Implica estar conectados con la experiencia inmediata de los niños y las niñas a quienes cuidamos, porque nos sentimos seguras y seguros, y porque contamos con menos preocupaciones o elementos externos que nos preocupen o que debamos atender.

Enemigo común. O lo que es lo mismo, colocar el origen del malestar en una REALIDAD EXTERNA al entorno familiar, ente la que sólo nos queda colaborar. Estoy convencido de que muchos niños, niñas y adolescentes, están encantados de dejar de ser los “malos de la película” para pasar a ser mirados como personas que sufren y que tienen buenos —y acreditados— motivos para pasarlo mal.

Atención al mundo emocional. Se trata de una experiencia de MALESTAR COMÚN, de la que es fácil hablar. A fin de cuentas, todos lo estamos pasando mal por los mismos motivos. No es extraño que nos sintamos reconfortados al “sentirnos sentidos” en la mirada de los demás.

Seguro que hay más cosas, pero ahora no me apetece pensar.

Sea como sea, toca disfrutar de la calle. De las flores, del mar, de mover las piernas, del paisaje urbano, o de lo que sea.

Pero, aunque sea una gozada, y nuestras hijos e hijas lo necesiten, no deberíamos olvidar lo que de verdad nos ha hecho estar bien cuando todo pintaba mal.

Se lo debemos. Lo van a agradecer.


En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

 

8 comentarios en “El buen encierro | por qué muchas niñas/os lo han hecho especialmente bien

  1. Es precipitado saber lo benéfico o no del confinamiento de los niños. Tiendo a pensar que en entornos familiares conflictivos ha sido un infierno y que en entornos más o menos «normalizados» depende de la edaad del infante y de lo que este podía llegar a entender….queda la duda de si era necesario, y si no se podía haber organizado para que tuvieran un tiempo de salida sin que se produjeran las aglomeraciones que se vieron ayer, desde el principio…

    Le gusta a 1 persona

  2. Pues por desgracia no todo el mundo ha tenido una situación tan idílica… En nuestro caso, hemos estado muy presentes siempre. Yo llevo 5 años trabajando desde casa. Con lo cual, «dan por sentado que estoy». No ha habido cambio en ese aspecto. Además no tenemos familia aquí, por lo que, salvo el tiempo de escuela o guarde, estamos con ellos.

    Y ahora… pues nos ha tocado seguir trabajando, como buenamente podemos. Lo que implica, o uno se aisla y el otro se encarga, o si trabajas con ellos alrededor, trabajar mucho y que te cunda la mitad. Así que no, en nuestro caso, no hemos podido dedicarles más tiempo. Diría que incluso menos. Porque además todo el día en casa, hay mucho más que fregar y que limpiar y que ordenar…

    Aquí estamos un poco desquiciados, sobreviviendo. Pero toca aguantar y punto.

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias, Taisa. La verdad es que no hay nada peor que estar encerrado con las hijas o hijos en casa, y no poderles dedicar la atención que merecen. Que nos obliguen a priorizar el trabajo sobre ellos y ellas habla del maltrato hacia la infancia que es estructural en nuestra sociedad. Saludos y muchos ánimos.

      Le gusta a 1 persona