[…] Me tragué una chispa de vergüenza. ¿Cómo no lo había visto antes? El elefante estaba en la habitación y no lo había podido ver al tener la mirada fija en lo que mi formación de base me indicaba. […]
Seguir leyendo «El colapso de Supermán»
[…] Me tragué una chispa de vergüenza. ¿Cómo no lo había visto antes? El elefante estaba en la habitación y no lo había podido ver al tener la mirada fija en lo que mi formación de base me indicaba. […]
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[…] No me invento nada. Las escuelas siguen teniendo una mirada muy reduccionista acerca de lo que es que las niñas, niños y adolescentes estén bien en su entorno, y eso, lamentablemente, tiene consecuencias catastróficas. […]
Seguir leyendo «¿Qué es estar bien en la escuela? «
[…] Pensé, entonces, que tenía que cambiar de estrategia. Para mí, era importante que se despidiera bien de sus amigas, y que no se quedara con mal sabor de boca. Pero esa angustia que yo sentía hacia su estado —estaba sintiendo y actuando lo que ella no podía— me impedía ir por un camino mejor. […]
Seguir leyendo «Acompañando un “apagón” «
[…] Cuando pierde su aire, se queda arrugada y tirada en el suelo. No puede levantarse y la gente la puede pisar, como si fuera un desperdicio. Y yo pienso, maldita sea, levántate, que todos dependemos de ti para estar bien y poder enfrentar el mundo. […]
Seguir leyendo «Cuando ama se desinfla: la depresión en el corazón de la infancia»[…] Y es que a Draghur le pasaba algo que nunca antes le había pasado a ningún dragón: Draghur no podía expulsar fuego por su boca. No podía señalizar su posición en la noche, no podía cocinar su comida, no podía jugar con sus amigos, y no podía hacerse valer. Porque no tenía fuego y sentía que nunca lo iba a tener. […]
Seguir leyendo «El dragón sin fuego y la bola gris «
El síntoma suele ser la única forma que las niñas y niños tienen para pedir ayuda y recibirla en los límites que impone su estado nervioso actual.
Seguir leyendo «Muletas para un cadáver «
[…] Con suerte, tras varios días de agonía, su padre, su madre, u otra persona que les quiere, los descubren allí, enterrados en vida. Y, entonces, empiezan a hacer cosas a la desesperada. […]
Seguir leyendo «Un pozo profundo «
[…] —Es sencillo. Yo voy a describir un estado del sistema nervioso y vosotros sólo tenéis que seguir las sensaciones que se active en vuestro cuerpo, hasta dar con un evento que las haya detonado. […]
Seguir leyendo «La calma que habíamos deseado «
[…] —El enfado está muy bien —continué—. Nos saca de la tristeza y nos moviliza para hacer cosas. Es muy útil cuando tenemos que poner límites, exigir justicia o, en definitiva, hacer algo, pero, ¿puedes resolver de alguna manera lo que te está pasando? […]
Seguir leyendo «“Tengo que ser fuerte”: de la tristeza al enfado «
[…] Pero el #estrés_tóxico va un paso más allá. Un paso muy gordo, como vas a ver. Porque implica un exceso de #cortisol —la hormona del estrés— que, por diferentes motivos, el organismo no es capaz de metabolizar. Y el cortisol a grandes cantidades o sostenido en el tiempo es como un veneno que tiene repercusiones severas a nivel de la organización y estructura del sistema nervioso central y autónomo, incluyendo la alteración de las conexiones cerebrales, de los procesos de mielinización o la muerte neuronal. […]
Seguir leyendo «Estrés tóxico en las escuelas de hoy «
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