[…] Esta forma de intervenir, se basa en estimular los procesos de libre exploración, y se construye en base a la idea de máxima autonomía. Es decir, el educador está presente en la relación para dar seguridad, servir de andamiaje emocional y facilitar los procesos de exploración, entendiendo que estos no tienen en ningún caso, un carácter lineal. […]
Para mí, una prioridad de la intervención educativa familiar, sobre todo cuando atiendo individualmente, es equilibrar los procesos atencionales.
Equilibrar estos procesos implica acompañar a la persona para que pueda sentir motivación para explorar aquellos aspectos de la realidad que no están en el plano de la figura, sino de fondo. O, lo que es lo mismo, ir construyendo, lenta pero inexorablemente, esos relatos que han sido subyugados por la narrativa dominante.
La idea de fondo es que las personas, por nuestros sistemas de protección y apego, tendemos a prestar atención predominante o exclusivamente a una parte de la realidad, por lo que nos una gran parte de la información que también es cierta. Si además, a ello se le suma el sesgo de confirmación, tenemos la receta para una catástrofe.
Nuestro trabajo pasa a ser, entonces, algo así como decir «oye, colega, ¿qué te parece si miramos hacia allí, que igual nos estamos perdiendo algo?». Y, ahora que lo hemos captado, «¿cómo está reaccionando tu cuerpo? ¿podemos hacer algo para cuidarlo?».
Trabajamos así, en paralelo, tres elementos clave para la obtención de un mayor bienestar a medio y largo plazo: la aceptación, la responsabilidad y el autocuidado.
Para ello, me he ido creando, poco a poco, un esquema mental que posiblemente no sea el más ajustado a la academia, pero que, por ser muy sencillo y fácil de entender, me resulta muy útil en el trabajo diario. Se basa en 5 pilares:
- Narrativa [pasado]. Es imprescindible prestar atención las historias que aparecen, y a como éstas se relacionan con la explicación que se da a los problemas, tratando que rescatar los elementos discordantes pero reales, que hayan podido pasar desapercibidos.
- Sensación – cuerpo [presente]. Sostener la atención el tiempo suficiente en los puntos que se activan en el cuerpo, para escuchar lo que dicen, lo que necesitan y explorar la mejor forma de cuidarlos.
- Sentimiento – mirada [pasado-presente].Hace referencia al impacto que se recibe por las apreciaciones de los otros, y los límites que se pueden fijar para que no generen daño, o comprometan nuestro espacio seguro. Y qué reacciones desencadena la respuesta propia en los demás. Está relacionado con los procesos circulares de corregulación emocional.
- Pensamiento – diálogo interno [presente – pasado] O lo que es lo mismo, poner en valor qué nos decimos en los momentos de activación o cuando nos estamos protegiendo. ¿Nos estamos cuidando o nos estamos haciendo más daño?
- Acción [futuro]. Finalmente, considerando todo esto —o siento más realista, la mayor cantidad de información posible— y especialmente lo que suele pasar desapercibido, orientar la acción de manera que sintamos que se sienta suficiente seguridad de que se vaya a producir un mayor bienestar a medio y largo plazo.
Es decir, qué observo, cómo me conecta, que siento, cómo reacciono, cómo afecta eso a los demás, qué me viene de vuelta, qué me digo, a dónde me gustaría llegar y qué deseo hacer.
Casi nada, moreno.
Esta forma de intervenir, se basa en estimular los procesos de libre exploración, y se construye en base a la idea de máxima autonomía. Es decir, el educador está presente en la relación para dar seguridad, servir de andamiaje emocional y facilitar los procesos de exploración, entendiendo que estos no tienen en ningún caso, un carácter lineal.
Desde este paradigma se acepta que los objetivos de la persona tienen, necesariamente, una naturaleza variable, y que varían en cada momento según el diálogo interno y la experiencia sentida, entre otras cosas. Y que imponer unos objetivos de trabajo, sean o no acordados con la persona a quien acompañamos, tiene implicaciones negativas de cara al proceso.
Pues nada.
De estas movidotas es de lo que voy a hablar este sábado, a las 09,15 h, en las II Jornadas ADP-CETS: Experiencias innovadoras de acompañamiento en contextos de relación educativa, terapéutica y social, junto a un elenco de ponentes que saben mucho más que yo. Así que, si me tiembla la voz y me hago caca encima, llamad a mi amatxu que estará encantada de volverme a limpiar.
¿Te apuntas?
Si, oye, espera que no te escucho. Ahora sí, vale.
Me comunican que todavía quedan plazas libres 🤓
Así que, ¡no te lo pierdas!
Es una buena oportunidad para verme sufrir como un cerdito 🥶
Dejo toda la información aquí: https://educacion-familiar.com/2020/10/17/que-es-acompanar-adp-cets/
En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, puedes ponerte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com
Te leo como madre en apuros, con un adolescente cañero en casa y dándome cuenta que las ayudas externas que tenemos no están haciendo más que empeorar las cosas.
Lo que leo me gusta, porque me acerca más a él y a cómo lo está pasando. También porque me quita peso: trasmites confianza en que él tiene la capacidad de ir madurando, casi a pesar de los demás.
En una ojeada interior rápida de cómo me siento y cómo reacciono, veo que me siento cargada y reacciono cargándome más, en el intento de ser yo la que solucione todo. Y que esto puede estar estancando el fluir de algunos ríos en casa, y no es mi deseo.
Gracias
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Me alegra que te haya hecho pensar mi artículo. Te mando un abrazo y mis mejores deseos.
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