Una de las cosas que hicimos para ayudar a nuestra hija con la frustración de no poder ir a los columpios, fue explicarle que había GÉRMENES. Que eran unos bichitos muy pequeñitos, que podían ponerla malita. […]
Pronto entendimos que ella necesitaba visualizar esos gérmenes para sentirse segura. Comprender mejor a qué peligro se enfrentaba. Así, un día decidimos dibujarlos y, de paso, contar su historia. En este punto, se me fue la pinza:
Virus. Es muy pequeño, y da dolor de garganta.
Coronavirus. Es un poco más grande, y da mucha tos y fiebre. Hay que estar mucho tiempo en la camita. Es el que puede estar en los columpios. Por eso no vamos.
Bacteria. Es algo más grande que los anteriores y da diarrea.
Ameba. Todavía más grande, vive en el agua sucia y estancada, y provoca mucho dolor de tripita. Por eso no se bebe el agua de los charcos.
Paramecio. Da mucha fiebre, y te deja debilucha.
Prión. Es el más pequeñito de todos, y te deja “txiribí”, que es la palabra que en casa decimos para indicar que alguien está mal de la cabeza.

Ella está feliz con este “conocimiento”, y repite la lección una y otra vez, sintiéndose muy segura.
Hace unos días, al llegar al parque, me dijo:
—A los columpios no. No se puede. Hay gérmenes.
Una señora nos miraba por el rabillo del ojo.
—Es verdad, Amara —respondí—. Ya sé que te apetece mucho, pero no podemos ir porque, podemos ponernos malitos.
—Bacteria, virus, prión, coronavirus… —siguió como una libreta de ciencias.
Desvié la mirada y la señora estaba flipando, con los ojos como platos. A fin de cuentas, no deja de ser una enana de 2 añitos.
Entonces, desvió la mirada a un charco.
—Ahí viven las amebas. No se bebe —siguió— porque duele la tripita.
Creo que, si la señora hubiera tenido oportunidad, me habría coronado como el padre friki del año.
Pero, yo que sé, era mi forma de darle seguridad y, de paso, irle inculcando un poquito de amor por la ciencia.
¿Qué culpa tengo yo de que tenga tanto interés en eso? 😉
En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, puedes ponerte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com