Tendemos a pensar en el abuso sexual de una forma adultista. Demos la vuelta a la tortilla, y veámoslo desde la perspectiva de una chica adolescente.
Eres Joana, una chica de 15 años. El sábado, hace 2 días, saliste de marcha con tus amigas. Hiciste #botellón, y te lo pasaste bastante bien, charlando, bailando y partiéndote de risa todo el rato.
En la discoteca a la que soléis ir conociste a un chico. Era un chico guapo. Aproximadamente 2 años más que tú. Tus amigas, al ver que estabas tan entretenida con él, te dejaron sola, para que disfrutases del momento. Os enrollasteis un buen rato, y luego él te pidió salir de la discoteca e ir a dar una vuelta. Una vez fuera, seguisteis dándoos besos y metiéndoos mano.
Pero luego las cosas se torcieron. Llegó un momento en el que él quería más y tú no. Le dijiste que parara y él no te hacía caso. Del placer, pronto pasaste a sentir #miedo. Te comenzó a desnudar con fuerza, en contra de tu voluntad, y tú sólo querías salir de ahí e irte a tu casa. Pasaron uno minutos que viviste como una eternidad. Finalmente te zafaste, sin saber muy bien cómo y te marchaste llorando en el metro.
Pensamos de manera «adultista» cuando tratamos de ayudar a nuestros hijos e hijas desde el punto de vista de lo que puede pensar o hacer una persona madura. Cuando nos olvidamos de sus circunstancias y de que su cerebro aún no está tan preparado como el nuestro
Una vez ya en casa, tus recuerdos son muy confusos. Habías bebido bastante, y te encontrabas aturdida y asustada por todo lo que había pasado. Ni siquiera eres capaz de recordar si ha habido penetración… y te preocupa mucho que hayas podido coger alguna #enfermedad o que hayas podido quedarte #embarazada, aunque sabes que es poco probable.

La cosa es que ahora estás asustada y tienes miedo de contar a tus padres lo que ha ocurrido. Ellos te llevan advirtiendo hace días de que no te vistas de esa manera, y que no vayas a ese sitio, donde “sólo hay quinquis y delincuentes”. Y tú no les has hecho caso. Además, te da mucho miedo que tus #padres puedan volverse demasiado celosos contigo, y que te persigan a todas partes. Y por supuesto, temes que quieran tomarse la justicia por su mano y monten un buen jaleo 😱
¿Qué haces?
Si quieres profundizar más, accede a este artículo: Se aprovechan de tu hija adolescente ¿qué vas a hacer? ¡Ya verás!
Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com
