El hombre que también lloraba | técnica de supervisión

Cuando las partes exiliadas salen a la luz, se puede empezar a confiar en la recuperación. 

—Es que tiene una actitud que me saca de mis casillas —dijo el compañero.

Estaba trabajando, como educador familiar, con un hombre prepotente, chulesco y manipulador, con un historial de maltrato grave hacia su familia, y también de rechazo hacia su hijo menor de edad.

Había causado mucho daño, pero también había aceptado un plan de trabajo para recuperar a su hijo, y ahora nos tocaba al equipo enfocar que tipo de trabajo podía resultar más eficaz.

—Déjame que te pregunte una cosa —intervino una compañera—. ¿Puedo?

—Sí, te lo agradezco mucho —reconoció el primero—. No sé hacia dónde tirar.

—Mi primera pregunta es ¿qué crees que activa su actitud en ti?

—No lo sé —quedó pensando—. Yo creo que es agresividad. Me dan ganas de darle un par de hostias o decirle la mierda de persona que me parece y ponerle en su lugar.

—¿Y qué haces tú con esa emoción?

—Trato de apartarla, para poder trabajar.

—¿Qué crees que pasa en ti, cuando haces eso? —siguió preguntando.

—Imagino que opero de manera racional, marcando las distancias.

—Y… ¿cómo crees entonces que se siente ese niño herido, que en algún momento se sintió tan vulnerable que decidió no ceder jamás el control?

Se hizo un silencio. Todo el equipo miró al compañero, y él se quedó pensativo.

—Creo que puede sentirse sobrepasado y rechazado —respondió—. A fin de cuentas, le estoy negando un espacio en mi mente, por el repelús que me da.

—Eso no sólo te lo provoca a ti, ¿sabes? —dijo la compañera.

—Lo sé —continuó el—. A fin de cuentas, muchos de los síntomas de su hijo pueden explicarse así: como una forma de protegerse manteniendo las distancias y una forma de canalizar su agresividad hacia un contexto que no vaya a responder.

—Es muy difícil tratar con ESA PARTE, ¿Verdad? —apuntó ella de nuevo.

—No puedo con ella.

—Parece que ESA PARTE es uno de sus DIRECTIVOS —continuó—, es decir, una de las partes que están activas normalmente para proteger un interior cargado de vulnerabilidad. Sin embargo, no es la única parte que muestra, ¿verdad?

—No. De hecho, tiene otra cara.

—Cuenta, cuenta.

—Yo no la he podido ver —empezó a decir—, pero desde los servicios sociales municipales me dijeron que les sorprendía mucho cómo encajaba las notificaciones del colegio en las que se le comunicaba que su hijo se había portado mal…

—¿Qué ocurría, pues?

—Me dijeron que se podía pasar una tarde entera llorando, abandonado, sin levantarse de la cama.

—Pinta que esa parte es un EXILIADO, es decir, una de esas partes que conectan directamente con su VULNEREABILIDAD.

—Lo veo —reconoció.

—Y tú, ¿cómo crees que te sentirías en contacto con esa parte?

—Creo que actuaría con curiosidad, y desde el respeto y los cuidados.

—Pues creo que nos toca pensar cómo podemos acceder a ella, sin que otras partes protectoras nos quieran bloquear.

—Puede ser.

—Yo creo que sí —concluyó—. Creo que desde esa parte puede sentir todavía algo compasión y ternura por sí mismo, y también por los demás.


Extracto de una conversación en el equipo.


Referencias: 

BARUDY, J. (1998). El dolor invisible de la infancia: una lectura ecosistémica del maltrato familiar. Barcelona: Paidós Ibérica

CYRULNIK. B. (2003). El murmullo de los fantasmas. Barcelona: Gedisa

GONZÁLEZ, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día. Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Barcelona: Planeta

MINUCHIN, S. (2009) Familias y terapia familiar. Barcelona: Gedisa

SCHWARTZ, R.C. (2015). Introducción al modelo de los sistemas de la familia interna. Barcelona: Eleftheria

En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

 

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