Probablemente, sea imposible combatir las «conspiranoias» con argumentos, porque proporcionan seguridad.
A pesa de tener un espíritu científico, siempre me han fascinado las conspiraciones.
Me divierten un montón.
El coronavirus no existe, en el Área 51 se experimenta con extraterrestres, iluminatis y reptilianos, la luna es una base alienígena, y la tierra es hueca y plana a la vez.
Por las noches, veo vídeos en YouTube, a cada cual peor.
Hace un par de días, escuché a un tipo decir que Jesucristo era un reptiliano, y que Satanás era na invención de la resistencia de hombres libres contra el gran dictador.
Qué gusto, por Dios.
Y hasta las tantas sin dormir.
A parte de que me divierte, hay algo bueno en toda esta MIERDA.
A veces, cuando me aburro mucho y tengo la mente despierta, me ayudan a hacer ejercicio mental. Veo uno de esos vídeos, y me propongo refutarlo, con la condición de no recurrir al principio de autoridad.
Es decir, que no puedo basarme en lo que he escuchado, lo que me han enseñado, o lo que he leído en uno u otro libro, sino en mi experiencia, las leyes que he podido comprobar, o en mi capacidad de razonar.
Reconozco que es difícil. Y no siempre lo consigo.
Probad. No es tan fácil ARGUMENTAR, por ejemplo, que los gobiernos no se han inventado el coronavirus para instaurar un nuevo orden mundial. O que Jesucristo no era un extraterrestre que, en vez ir al cielo, voló en su nave espacial.
En eso se sustentan las conspiraciones: en una duda extraña, que NO SE PUEDE comprobar.
Pero también hay algo más.
Me explico.
Tengo la costumbre de leer los comentarios de estos foros, y eso sí que es el no va más.
El diálogo.
O los monólogos.
La gente que SE LO CREE. O se creen otras mierdas, y “argumentan” a favor y en contra.
O lo mejor. Los mensajes del tipo “gracias a ti, he visto la luz”.
Si alguna vez descubro que sí, que hay reptilianos, ya sé dónde buscar.
Pero, ¿de dónde viene todo eso?
Voy a lanzar una hipótesis que me cuadra, pero que, de todas formas, habría que estudiar.
Sí, con ciencia. No con afirmaciones extraordinarias basadas en dudas y suposiciones, y sin pruebas. Porfavó.
Porque hay un “regusto” en todo eso. Un hilo común.
Y ese sustrato me suena mucho, de verdad.
El mundo se percibe como peligroso. No hay confianza en “la verdad”. El otro es manipulador, y oculta la realidad. Somos parte de una élite de luz, que está en contacto con la única realidad. Por supuesto, el resto son ovejas en manos de lobos, sin criterio ni libertad. Me refugio con las y los que piensan como yo, pero no doy ningún paso para actuar. Y si alguien cuestiona mis argmentos —es decir, mi base segura—, se posiciona inmediata e irremediablemente como un enemigo al que hay que derrotar.
A quienes trabajáis con niños, niñas y adolescentes que han sufrido maltrato os suena, ¿verdad?
En efecto, huele a APEGO DESORGANIZADO y DISOCIACIÓN que echa para atrás.
A función ejecutiva fragmentada, y escaso criterio de realidad.
Si me apuras, intuyo que detrás podría haber MUCHOS padres y madres que no dejaban “ser”. Que actuaban desde el control. Y que, de una manera directa o indirecta, recurrieron demasiado a la manipulación.
Ya sabéis, alterar la realidad para someter la necesidad de diferenciación.
Rollo, no salgas mucho hoy, que ha salido un vecino malo de la cárcel, y algo te puede pasar.
Es decir, confundiendo PROTECCIÓN y CONTROL.
Pero yo, de esto, no sé nada.
¿Qué piensas tú?
Referencias: BARUDY, J. y DANTAGNAN, M. (2009). Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa CRITTENDEN, P.M. (2002). Nuevas implicaciones clínicas de la teoría del apego. Valencia: Promolibro GONZÁLEZ, A. (2017). No soy yo. Entendiendo el trauma complejo, el apego, y la disociación: una guía para pacientes y profesionales. Editado por Amazon GONZALO MARRODAN, J.L. (2015). Vincúlate: relaciones reparadoras del vínculo en niños adoptados y acogidos. Bilbao: Descleé de Brouwer WALLIN, D. (2012). El apego en psicoterapia. Bilbao: Descleé de Brouwer
En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.
Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com