Aunque es un acto inconsciente, el CHIVO EXPIATORIO, parece designado con criterios que tienden a la repetición, a saber, suelen ser personas que se han diferenciado en exceso y han faltado a la lealtad, o a las que se les han concedido privilegios respecto a los demás.
Creo que fue René Girard (1923-2015), filósofo y antropólogo francés, quien dijo que uno de los mitos primordiales de la civilización —y probable origen de la religión— se basaba en el ASESINATO del CHIVO EXPIATORIO, y su posterior encumbramiento al estatus de divinidad.
Vino el hijo de Dios al mundo, a darnos su buena nueva, y nosotros lo asesinamos. Lo crucificamos entre dos ladrones.
El proceso es simple.
Un grupo de personas acumula sufrimiento. Un dolor difícil de resolver. El sufrimiento activa en muchos de sus miembros la RABIA. La rabia difícilmente se dirige contra los problemas, sino que se focaliza en algunas personas. Se llega así a una situación de RIESGO, que puede derivar en GUERRA civil, con la consiguiente pérdida de los lazos de solidaridad que dan seguridad y unen a las personas.
Llegados a este punto, con los ánimos muy encendidos, y resultando cercanas todas las amenazas, el grupo descubre que identificar a un enemigo común genera cierta sensación de unidad y seguridad. Entonces, la rabia se orienta a las personas que tienen privilegios y poder —que su grupo les ha otorgado— y se produce una persecución. El grupo alcanza a esa o esas personas y les da muerte.
Con esa muerte, retorna la paz al grupo. Pero ha sido un ASESINATO, una muerte brutal. El fantasma del difunto es, entonces, quien amenaza al grupo, en forma de REMORDIMIENTO o SENTIMIENTO DE CULPA, como una presencia constante que recuerda a todas y todos de los que son capaces y lo que puede pasar.
Es, entonces, cuando se produce un AJUSTE CREATIVO a la situación. El grupo ENCUMBRA a la persona a quien él mismo ha asesinado, a un estatus de DIVINIDAD. Se restaura así el valor y el nombre del difunto, y el grupo purga una pesadilla que es real.
Eso es, precisamente, la SACRALIDAD. Algo divino, que también despierta terror.
Las personas que trabajamos con familias desde una perspectiva sistémica, sabemos que este mecanismo es muy habitual. De hecho, lo integramos dentro de los llamados MITOS DE EXPIACIÓN que, a grandes rasgos, consisten en designar a una persona para que cargue con toda la culpa del sistema familiar.
Aunque es un acto inconsciente, el CHIVO EXPIATORIO, parece designado con criterios que tienden a la repetición, a saber, suelen ser personas que se han diferenciado en exceso y han faltado a la lealtad, o a las que se les han concedido privilegios respecto a los demás.
Por ejemplo:
«Aunque todos somos responsables, él siempre fue el niño mimado y caprichoso».
«Aunque todos vamos siempre a uno, ella siempre fue a su rollo, y sólo miraba por su interés».
«A pesar de que todos sufríamos la violencia de nuestro padre, y nos reconfortábamos cuando dormía, el siempre desobedeció, exponiéndonos a más terror».
Etc.
Sea como sea, la búsqueda de un culpable y el ejercicio de la violencia —implícita o explícita— hacia esa figura, está muy relacionado con el MIEDO.
Todas y todos somos susceptibles de recurrir a estos mecanismos en momentos de gran sufrimiento. Quizás lo hagamos de manera más explícita, empuñando un cuchillo, o de manera más implícita, poniendo a parir a alguien en secreto, delante de los demás.
Quizás esa “policía del balcón” de la que ahora se habla seamos TODAS y TODOS. Sólo que a algunos y algunas nuestro balcón mira a un patio de luces, y no se ve desde el exterior.
A fin de cuentas, no deja de ser paradójico que la gente que grita e insulta desde su balcón, se haya convertido en el chivo expiatorio para muchas y muchos abanderados de la moralidad.
Cuidemos a quienes sufren, con independencia de que su comportamiento nos parezca deleznable. Es la única forma de reconducir un poco la situación.
Referencias: GIRARD, R. (1983). La violencia y lo sagrado. Barcelona: Anagrama. CYRULNIK. B. (2003). El murmullo de los fantasmas. Barcelona: Gedisa LEVI, P (1947). Si esto es un hombre. Barcelona: Ediciones Península MINUCHIN, S. (2009) Familias y terapia familiar. Barcelona: Gedisa NARDONE, G.; GIANNOTTI, E.y ROCHI, R. (2012) Modelos de Familia. Conocer y resolver los problemas entre padres e hijos. Barcelona: Herder
En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.
Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com