Un educador y una niña en la cocina, con 5 vasos situados en forma de estrella. Pronuncian unas palabras en latín, mientras posan solemnemente las manos sobre un documento antiguo ¿se producirá la magia? Pues os juro que es ciencia.
* Caso basado en hechos reales, pero alterado, para salvaguardar la identidad de los protagonistas.
“Leire se había criado con sus abuelos, porque su madre —Yolanda— se había quedado embarazada muy joven, y no se encontraba preparada para cuidarla. Jesús, el padre de Leire se marchó hace años, y en la actualidad se encontraba residiendo en México.
Los abuelos de Leire lo hicieron lo mejor que pudieron, pero eran personas muy autoritarias, que ponían mucho empeño en controlar el comportamiento de su nieta. Así que cuando Leire –con 11 años—, se fue a vivir a casa de su madre, sintió un gran alivio, porque por fin podía hacer “lo que le venía en gana”. En un principio, Yolanda permitió a su hija que se expandiera, probablemente empujada por el sentimiento de culpa y el deseo de llevarse lo mejor posible con su hija.
No obstante, la situación se fue torciendo. Cuando Yolanda observó que su hija apenas le hacía caso y que no le obedecía, hizo —como todo el mundo— lo mismo que había observado en su propia casa: decir constantemente a su hija lo que tenía que hacer, y utilizar el chantaje emocional y el sermón cuando su hija se mostraba desafiante.
Esta estrategia, lejos de funcionar, hacía que la niña, en el mejor de los casos, “desconectase” de su madre; y en el peor de los casos, que llegase a unas cotas de ansiedad que habían desembocado en autolesiones (beber lejía o cortarse los brazos con cristales).
Por su parte, Yolanda, abrumada por el estrés, la impotencia y el sentimiento de culpa, se había defendido a través de la rigidez, que es una de las maneras que tienen nuestro cuerpo y nuestra mente de enfrentar las crisis. Estaba empeñada en que hacía las cosas bien, y que nadie podría reconducir el comportamiento de su hija.”
Pues más o menos, este es el panorama que nos encontramos: una hija desmadrada, y una madre que no puede confiar en el servicio, muy reacia a nuestro trabajo. Así que ¿por dónde empezamos?
* Nota: Aunque no figura allí, la idea surgió leyendo el libro de Giorgio Nardone “Modelos de Familia”, que podéis encontrar en nuestra bibliografía.
Cuando existen grandes resistencias durante la intervención familiar, los profesionales podemos articular recursos relacionados con el juego y la magia. Rompen los esquemas de la gente y nos permiten empezar a ayudar
Llego a la casa y me abre Yolanda, la madre. Le digo que hoy no quería saber nada de ella. Que quiero trabajar a solas con su hija. Leire se acerca con curiosidad, en pijama. Le señalo que he traído una cosa muy especial en la carpeta, pero que sólo ella la puede ver. Le pido que se vista con ropa de calle, porque las cosas especiales hay que hacerlas vestidos como es debido. Cuando se ha cambiado, le digo que tenemos que pedir permiso a su madre para que ella y yo podamos guardar un secreto. La madre —flipando en colorines— me contesta que sí, que vale.
—Ahora tienes que elegir un sitio de la casa, donde creas que puedas sentirte cómoda —digo—.
—Vamos a la cocina —me pide—.
—¿Tú crees en la magia?
—No —responde tajantemente—.
—¿Nunca has vivido una situación que no puedas explicar? —pregunto solemnemente—.
—Bueno sí, una vez vi a un mago que desapareció delante de nosotros. —veo el punto de conexión—.
—Entonces ¿crees que la magia existe? —vamos al grano—.
—Puede ser.
Continúo diciendo que además de educador soy mago. Cuando consigo captar su interés señalo que ambos podemos hacer un conjuro. Pero que no tiene nada que temer, porque es de magia buena. Explico, que la faena es que no puedo decirle cuál va a ser el resultado mágico que se va a producir, porque esto anularía su poder. Y ya está. Los ojos como platos.
Preparo el escenario. Le pido que coja 5 vasos, y que los coloque sobre la mesa separados por la misma distancia. Cuando ha terminado, saco este documento, que he plastificado para garantizar que dure en el tiempo.
Anverso
Reverso
Descargar documento en Power Point
Le explico que los conjuros tienen dos partes. Unas instrucciones que tiene hay que seguir a rajatabla (anverso), y unas palabras mágicas, que hay que pronunciar sin cometer errores (reverso).
La gente no necesita hacer un análisis de su situación, para dar con soluciones que les permitan vivir más satisfactoriamente
Le leo las instrucciones. Y se las explico lo mejor que puedo. Imaginamos las diferentes situaciones que se pueden producir, y prevemos como vamos a afrontarlas. Por ejemplo, quedamos que, en caso de no lograr lo que se ha propuesto, podrá decir a su madre que ha fallado o no decir nada. Pero que se abstenga de mentir, que eso anularía la magia. Destaco que tiene que seguir esas instrucciones durante todos los días de cole de la siguiente semana: lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Sin excepción. Cuando siento que lo ha comprendido bien, damos el siguiente paso.
Las intervenciones más eficaces son las orientadas a la parte más simbólica y emocional de nuestro cerebro
Ahora tienes que pronunciar las palabras mágicas. Pero debes preparar tu mente. Respira profundamente como te diga, para relajar tu cuerpo y tus pensamientos. Necesitamos que pongas toda tu atención en esto.
¿Te sientes relajada? Vale. Ahora tienes que leer las palabras mágicas, letra por letra, sin equivocarte. Así que vete todo lo despacio que quieras, pero intenta hacerlo lo mejor posible.
Bien. Sólo nos queda una cosa. Ahora tienes que entrar en conexión íntima con el conjuro. Para ello, posa tu mano sobre el documento. Siente cómo el papel y la mano adquieren la misma temperatura. Levanta la mano sólo cuando percibas que ambos están igual de calientes.
¿Ya? ¡Vale! Perfecto. Ahora toca esconder el documento en un sitio donde sepas que tu madre no lo puede encontrar. Puedes rescatarlo cuando quieras, y consultar las instrucciones del conjuro, pero asegúrate de que tu madre no te ve hacerlo, porque si ama se percata de este secreto, no aparecerá la magia.
Con los experimentos tratamos de introducir pequeños cambios en la relación, que permitan a la gente confiar en que pueden hacer las cosas de otra manera
Volvemos ambos al salón, donde su madre espera. Les digo a ambas que tienen que respetar unas normas: Leire no podrá decir nada a su madre, y Yolanda no podrá preguntar a su hija acerca de lo que hoy ha pasado. Les adelanto que pasando un tiempo prudencial revelaré el secreto. Pero ambas deben ser pacientes ¿de acuerdo?
Me despido susurrando a Leire al oído “¿se producirá la magia?” Y desaparezco ¡puf! con un mandoble de mi capa.
¿Y tú qué crees? ¿Se producirá la magia? ¿Te atreves a anticipar qué pasará? ¡Adelante!
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Un seguidor nos manda su experimento…
Otro artículo con magia: El adivino de los sentimientos.
* Nota importante: Cualquier caso descrito en este blog es una simplificación de la realidad. Por motivos obvios, omitimos mucha información y no describimos la totalidad del proceso. No existen soluciones milagrosas en el campo de la orientación familiar.
Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com