[…] Tenemos que revisar nuestra sensibilidad hacia la infancia. Pero no desde los libros de texto, sino desde nuestra experiencia infantil más íntima, para poder acercarnos con compasión y curiosidad a esos estados de su sistema nervioso que nos dicen que algo, muy grande, no marcha bien. […]
Seguir leyendo «Una coz brutal «
Debe estar conectado para enviar un comentario.