Parentalización, enfermedad y sacrificio

[…] Esa razón de fuerza mayor no suele ser que la madre o el padre los tenga muy gordos. No suele bastar con eso. Normalmente, suelen ser motivos relacionados con la supervivencia, es decir, que la infancia parentalizada suele sentir que, de no cubrir las necesidades de cuidado en los otros, puede acontecer algo terrible o alguien puede perder la vida. […]

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Sostenemos los síntomas que acompañamos

[…] Sólo cuando vemos estos paralelismos, estamos en condiciones de explorar, en nosotras y nosotros mismos, formas alternativas de regulación emocional adaptadas a lo que las personas a las que atendemos están sintiendo, desde una curiosidad y compasión legítimas, porque también repercuten en nuestro aprendizaje y nuestra historia, tanto personal como de los equipos. […]

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Rabia para un mundo mejor, más seguro y más tierno 

[…] Por eso, no se trata de suprimirla, sino de hacerla digerible o manejable para que las niñas y niños puedan usarla de manera primero asertiva y, si las cosas se tuercen, dando un puñetazo en la mesa. Pero sin dañar a los demás, porque sentirla y aceptarla como una parte valiosa de nosotros mismos no implica necesariamente un pasaje al acto, sino todo lo contrario. Lo que sabemos acerca de ella va en la línea de que sentirla en toda su intensidad, con todas las fantasías destructivas que aparecen en la mente, y compartirla en un entorno seguro, es un factor de protección a corto, medio y largo plazo. […] 

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Te lo comes tú para que yo pueda sobrevivir: proyección y vergüenza de base 

[…] El problema de la proyección es que es insensible a los argumentos. Por mucho que expliquemos a una persona lo que está pasando y las dificultades en que se está metiendo, difícilmente entrará en razón, porque se está protegiendo de amenazas formidables. […] 

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La ley del silencio: formas de torturar a la infancia 

[…] Tengo la hipótesis de que aquí se juntan lo más chungo. Porque, a los niveles de psicoactivación que implica la activación del sistema nervioso simpático, se unen la desesperanza e impotencia características del parasimpático, dejando toda esa energía atrapada en el cuerpo.  […] 

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