Hace tiempo me dormía evadiéndome con vídeos de youtube. Ahora, con las palabras que me merezco.
«Creo que el hecho de que estés tan cansado sin causa aparente, quiere decirte algo. Te da pereza hacer deporte, te está costando mucho jugar con tu hija y, vives como una gran faena levantarte de la silla, o que alguien te interrumpa cuando estás distraído. Creo que es hora de prestar un poco de atención a todo eso. Descubrir qué te quiere decir, con la firme intención de hacerle caso.»
Respiré profundo, y me acomodé en la cama.
El día había terminado. Mi mujer y mi hija dormían, y podía tomarme un tiempo para mí solito.
Sentí como las mantas me abrazaban y como si mi cuerpo se hundiera en la tierra. Tierra tibia y mojada.
Fuera llovía.
En seguida, pude sentir la tristeza, como una brisa en la garganta. Se me humedecieron los ojos.
«No tienes por qué poder con todo, colega. Recuerda que eso no te hace mejor persona.»
Cada vez me sentía más pequeñito, también más liviano.
«Mira, tío, seguramente mañana te vuelvas a exigir demasiado, y vuelvas a rumiar tus problemas. Es muy difícil cambiar este patrón si no cambian las circunstancias. Sólo hemos empezado el camino. Pero, ahora, contamos con 8 o 9 horas de descanso, y estás cómodo, seguro. Todo está bien en casa. Puedes permitirte descansar, que te lo mereces. Lo has pasado mal.»
—Sí que lo he pasado mal —se me escapó, susurrando muy bajito.
«Eso es. Y no sólo es cosa de ahora, llevas demasiado tiempo con esa carga. Te mereces relajarte, y sentir alivio, aunque sea por un momento.»
Escuchaba.
«Creo que ya estás preparado. Si quieres, ahora podemos mantener la atención en el cuerpo, y dejar que emerjan imágenes, sentimientos y otro tipo de sensaciones. Ya sabes, con curiosidad, sin forzar la maquinaria. A donde lleguemos, será un buen destino.»
Vale.
Me dejé llevar.
Y me llevó el sueño.
He dormido como un niño. Profundamente.
Y me he levantado con ganas de hacer cosas. Seguramente, haré una rutita en bici, que hace un fresquito estupendo.
No sé con qué expectativas habéis leído el texto.
Seguramente, muchas de vosotras y vosotros, esperabais que conectase con el trauma o con algo profundo. Que rompiera a llorar, y que el llanto me llevara a un lugar mejor o, al menos, hacia el alivio.
A veces, cuidarnos es algo mucho más sencillo.
Es dedicarnos atención y unas palabras conscientes de comprensión y cariño.
Muchas veces, NOS TRATAMOS TAN MAL que tenemos HAMBRE de esa mirada compasiva. Así que, el mero hecho de tratarnos bien, tiene consecuencias profundas para el estado general de nuestra mente y cuerpo.
Sólo hay que permanecer el tiempo necesario. Reconocer cómo estamos, y darle la importancia que MERECE.
En mi caso, la tendencia natural es a evitar estas sensaciones. A ponerme los cascos con un vídeo de youtube suficientemente interesante para distraerme, pero suficientemente aburrido como para atraer el sueño.
Y sí, funciona para hacerme dormir. Pero no descanso del todo.
Hace tiempo que estoy intentando cambiar ese patrón. Ahora trato de dedicarme a mí mismo unas palabras de comprensión y cariño; no porque me SIRVAN PARA NADA, ni porque desee algo, sino porque, por muy mal que haya obrado, me las MEREZCO.
He descubierto que así duermo mejor, y estoy más descansado.
Y tú, ¿cómo haces para dormir tranquila o tranquilo?
Referencias: GONZÁLEZ, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día. Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Barcelona: Planeta PORGES, S.W. (2017) Guía de bolsillo de la teoría polivagal: el poder transformador de sentirse seguro. Barcelona: Eleftheria SCHWARTZ, R.C. (2015). Introducción al modelo de los sistemas de la familia interna. Barcelona: Eleftheria VAN DER KOLK. B, (2015). El cuerpo lleva la cuenta. Eleftheria: Barcelona
En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, puedes ponerte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com