Dramatización del diálogo entre las partes |técnica de intervención familiar 

Representar el dialogo o el conflicto entre las partes puede ayudar a mentalizar el sufrimiento familiar, y a encontrar claves que permitan a la familia alcanzar nuevas cotas de resonancia y comprensión.

—Pero, ¿de verdad quieres que te empuje? —me dijo, con evidentes ganas de hacerlo.

Estábamos representando con nuestros cuerpos su Sistema Familiar Interno (R.C. Schwartz, 2015). Su madre hacía de YO ESENCIAL, la parte que dirige y puede dar coherencia y racionalidad al sistema; yo estaba representando a la parte que ejerce un control coercitivo sobre sus impulsos, y que, en su caso, habíamos identificado como REMORDIMIENTO o CULPA; y él representaba a su NIÑO INTERIOR, muy poderoso, que luchaba para que se cubran sus necesidades.

Él había elegido qué rol representábamos cada uno. Y ahora estaba profundamente conectado con una vivencia injusta y dolorosa.

—Sí —le respondí con firmeza—. Habías golpeado esa cartelera, te habías hecho daño en la mano, y justo ahora entrabas por la puerta de casa, ¿qué pasó?

Su madre escuchaba sentada en el suelo, que era donde la había situado su hijo a la parte que representaba.  Creo que resonaba intensamente con lo que ocurría en su salón.

El chico dudó.

—No pienses, hazlo —insistí.

El gruñido le salió desde las tripas. Soy un tío fuerte, de 100 kg, pero pudo empujarme con tanta fuerza que me sacó de la habitación.

—¡Eso es! —exclamé—. Has demostrado tanta fuerza que me has asustado. No creo que pueda contigo. Me quedo aquí.

Dejé que pasará el tiempo, que las cosas se recolocaran donde debían estar.

La madre le miraba, con expresión apacible.

Él parecía cada vez más relajado. Se sentó en la cama, y quedó mirando un rato al vacío.

Pasó otro ratito, y se tumbó boca arriba.

El perro entró en la habitación y se subió encima suyo. Le empezó a lamer la cara, sin parar.

Le brotaron las lágrimas, y empezó a llorar, cada vez con más congoja.

Su madre y yo callamos, dejando que la emoción empiece y termine su labor.

—No quiero añadir palabras a lo que ha pasado —concluí—, porque no lo quiero estropear. Pero mucho me temo que hemos representado de manera hermosa una fuente de sufrimiento, y las necesidades íntimas que hay detrás.

Hice una breve pausa.

—Pero no puedo evitar decir esto —miré al perro, con cariño—: muchísimas gracias, a ti, por tanta sensibilidad.


Para más información, pincha aquí:

https://educacion-familiar.com/2019/12/11/partes/


Referencias:  

SCHWARTZ, R.C. (2015). Introducción al modelo de los sistemas de la familia interna. Barcelona: Eleftheria 

FISHMAN, H. (1994). Terapia estructural intensiva: tratamiento de familias en su contexto social. Buenos Aires: Amorrortu 

MINUCHIN, S. et FISHMAN, H. (1984). Técnicas de terapia familiar. Buenos Aires: Paidós 

MINUCHIN, S. (2009) Familias y terapia familiar. Barcelona: Gedisa 

NARDONE, G.; GIANNOTTI, E. y ROCHI, R. (2012) Modelos de Familia. Conocer y resolver los problemas entre padres e hijos. Barcelona: Herder

En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

 

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