[…] —¿Has visto qué bonito? —puedo decir—, estaba en “modo tigre” pero, al agacharte, le has dado a entender que tu estado le preocupa. A la vez, le has dejado su espacio, para que no se sienta invadido. El resultado es que se ha “sentido sentido” y seguro, volviendo de inmediato al “modo perrito”. […]
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