Isomorfismos y necesidades insatisfechas en los equipos

[…] Tú ya sabes que, a menudo, se ponen en juego las propias necesidades en la relación con las personas con quienes trabajamos, ¿verdad? Pero, lo que igual no intuyes, es que esas mismas necesidades suelen poderse satisfacer en el contexto de los equipos, siempre y cuando estos puedan aportar unos mínimos de seguridad. […]

Pues toca abrir un melón de los gordos. 

No es fácil de explicar, ni yo muy listo, pero vamos a ver si se entiende. 

Tú ya sabes que, a menudo, se ponen en juego las propias necesidades en la relación con las personas con quienes trabajamos, ¿verdad? Pero, lo que igual no intuyes, es que esas mismas necesidades suelen poderse satisfacer en el contexto de los equipos, siempre y cuando estos puedan aportar unos mínimos de seguridad. 

Sí, en serio. 

Por ejemplo, a mí me pasa que me siento profundamente desmotivado cuando alguien me invalida como profesional. Me da un bajón de la hostia, y se me quitan todas las ganas de currar. Algo que, si soy sincero conmigo mismo y con vosotros, me parece un poco exagerado, habida cuenta de la situación real que estoy viviendo. 

Que igual a ti también te pasa, yo qué sé, pero creo que a mí me pasa de-ma-sia-do. 

Y esto puede tener un poco que ver con mis traumitas, no lo voy a negar, pero también con la posición que ocupo en mi equipo, y con mis intentos frustrados para obtener cierta seguridad en él. Porque en el curro a mí también se me han devuelto y se me devuelven cositas que no me molan, en plan, “ya estás con tus frikadas, colega, baja a la realidad”. Y, coño, eso es algo que me deja en mal lugar, porque, si lo que yo propongo son idas de pinza, ¿qué dice eso sobre mí calidad como profesional o como persona? 

Vista esta vaina, hay una pregunta que procede. ¿cambiaría algo en mi relación con las personas a las que acompaño —especialmente con a quienes les parezco un truño—, si el equipo (o similar) satisficiera mejor mis necesidades de validación y estima?

Pues no lo sé. Pero la pregunta mola protones. Porque, lo de lo que sí estoy seguro es de que ha cambiado mucho mi relación con este problema desde que me siento más acompañado en las redes, ya sabes, por tantas personas que, como tú,  me dicen que las mierdas que digo tienen todo el sentido del mundo, es decir, que ni son frikadas, ni están tan mal, ni son idas de pinza de una mente convulsa y sin remedio. 

Sea como sea, tenemos que ser más sensibles para detectar estos isomorfismos. Es decir, modelos relacionales que se repiten en nuestra relación con las personas a quienes nos toca acompañar —y les toca que les acompañemos—, y en nuestros equipos de trabajo, y que activan respuestas inadecuadas desde la hiperactivación o la hipoactivación protectoras. 

Y que reducen nuestra capacidad de mentalización a la de una piedra. 

Porque lo que se pone en marcha en las relaciones no siempre tiene que ver exclusivamente con lo que acontece allí. En ellas siempre hay algo del pasado y, lo que nos interesa ahora, del presente de otros contextos. 

Ya toca plantearse una pregunta: 

¿Qué necesidades tuyas crees que se podrían satisfacer mejor en tu equipo de trabajo?

¿Cómo afecta eso a las personas a quienes acompañas?

¿Qué necesitas de tu equipo?

¿La cultura de tu organización permite este modelo de comunicación?


Gorka Saitua | educacion-familiar.com

Un comentario en “Isomorfismos y necesidades insatisfechas en los equipos

  1. isa sanz

    Hola, Gorka.

    Yo no trabajo atendiendo a personas directamente, pero también me siento invalidada a menudo, lo que me causa un gran malestar emocional.

    Con frecuencia en mi centro de trabajo hay ruidos o luces que me molestan mucho; las sillas y las mesas son demasiado altas o bajas, lo que me provoca dolor de espalda, cuello, codos, … Por no hablar del riesgo de contagio de enfermedades infecciosas graves.

    Me desespero por la ausencia de evaluación y prevención de riesgos laborales y cuando hablo de ello con mis compañerxs, en un intento de sumar fuerzas para reclamar mejoras, me contestan que soy demasiado sensible, demasiado exigente. Siento que ya no me escuchan, que consideran que estoy loca, cuando en realidad lo único que pido es que se cumplan nuestros derechos

    A pesar de que razono que no son mis amigxs, y por tanto no necesito su validación, no puedo evitar la tristeza por su falta de empatía, por la soledad …

    Como a veces lxs jefes nos piden que demos ideas sobre cursos de formación, a veces pienso en proponer éste: «La importancia de la validación en las relaciones laborales». Pero no lo hago, porque me van a llamar friki y ya no puedo soportarlo más.

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