Los acosadores sienten que sólo a través de la manipulación y la violencia pueden sentir algo de seguridad. Por eso necesitan más ayuda que sus víctimas. Mucha más.
Te ha pasado.
Alguien te hace una broma que no te gusta un pelo. Quizás porque te deja a la altura del barro, o porque saca a relucir, de manera inapropiada, tu vulnerabilidad. Pero como es una broma, no contestas. No te defiendes. Y abandonas la escena sintiéndote profundamente culpable y mal.
Culpable, porque no has podido defenderte de la agresión. Y mal, porque este tipo de bromas te desequilibran y activan respuestas en ti que parecen de otra persona.
En educación y terapia familiar a esto le llamamos “doble vínculo”, y se refiere a una acción que coloca a otra persona en una situación en la que, haga lo que haga, sale perdiendo. Si la víctima responde a la agresión, mal, porque, tío (o tía), cómo eres, que no sabes encajar una broma; y si no respondes a la agresión, mal también, porque te has dejado pisotear como un imbécil.
La persona perversa o narcisista siempre gana. Impone su poder de manera sutil, creando alrededor suyo una atmósfera de miedo. Pero se trata de un miedo oscuro, velado, oculto, porque nadie se atreve a hablar de ello. Y esto es lo que más daño hace, la sensación que va desarrollando la víctima de estar loca, de no saber en qué aspectos de la realidad puede confiar.
Pues hay niños y niñas que viven perpetuamente en este ambiente. Donde las “bromas” no sólo provienen de una persona, sino de prácticamente todo su contexto escolar. Donde las agresiones son reídas por los compañeros y las compañeras, creando entre todos una alianza contra la que no se pueden enfrentar. Donde los adultos, que tienen el deber de proteger, se convierten en fuente de dolor e inseguridad, al ignorar unos hechos que podrían meterles en un lío o comprometer su prestigio profesional.
Por eso, en un día tan señalado como hoy, queremos decirlo alto y claro. Basta de centrar la atención en las y los agredidos. Los niños, niñas y adolescentes que acosan a sus compañeros/as NECESITAN MÁS AYUDA que las victimas de su maltrato. Porque son también, casi con seguridad, victimas de un contexto familiar perverso o maltratante. Chicos y chicas que han aprendido que la MANIPULACIÓN y la VIOLENCIA es lo único que puede reportarles algo de SEGURIDAD.
Y decir a las víctimas que ole sus huevos. U ovarios. Que pocas personas saben del SUFRIMIENTO que deben enfrentar día tras día. Que es impresionante que mantengáis la cordura y las ganas de vivir. Que tenéis derecho a cagarla, porque cualquiera en vuestro lugar flaquearía, de desestabilizaría, o haría cosas que le harían sentir fatal. Que sois los y las FUERTES de la escena, aunque os enrabietéis, lloréis y penséis en acabar. Que NO ESTÁIS LOCOS NI LOCAS cuando pensáis que tenéis que resistir a un contexto dominado por maltratadores y cobardes. Que la realidad es tan cruda como la sentís y la veis.
Vale fingir una sonrisa para protegerse. Pero una broma lo es sólo cuando la persona a quien se dirige queda en paz.
Por un DÍA DE LOS INOCENTES que no sirva de excusa para más ACOSO ESCOLAR.
Autor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com