Te proponemos un ejercicio para reflexionar sobre cuáles son los valores que estás transmitiendo a tus hijos/as ¿será lo que te esperas? A ver, a ver…

No te vamos a explicar grandes cosas. Porque si te damos pistas no sale el ejercicio. Tan sólo sigue estas instrucciones:

PRIMERO. Piensa en el día de ayer. Haz un recorrido por las cosas que hiciste. Sitúate ¿cuándo te levantaste? ¿cómo fue tu mañana? ¿con quién estuviste durante la tarde? ¿qué fue lo más destacable? ¿de qué estás orgulloso/a? ¿de qué te arrepientes? Tómate un ratito.

SEGUNDO. ¿Has hecho memoria? Perfecto. Ahora quiero que intentes identificar las 3 decisiones que tomaste ayer y que más orgulloso/a te hacen sentir. Es un ejercicio de sinceridad. Elige las que realmente te han hecho sentir bien, con esa sensación de plenitud que señala que vas por el buen camino. No pienses. No tienen que ser grandes cosas ¿Hecho? Pues escríbelas en un papel.

TERCERO. Descárgate esta lista (basada en este artículo). Identifica para cada frase, los valores que te han llevado a tomar esa decisión. Señálalos. Escríbelos al lado. Que se vean bien. Ya tienes las decisiones que tomaste, junto con los valores que las sustentan. Demos un paso más. Vamos a pensar sobre ello.

Probablemente, lo valores que has señalado son un buen resumen de tus valores reales. Estos son los que verdaderamente motivan tu acción, mucho más allá de tu ética personal. Son lo que te lleva a actuar con placer y satisfacción.

Identificar nuestros valores reales es una tarea muy importante para desarrollar una crianza consciente. A menudo se dice que los niños, niñas y adolescentes se fijan mucho más en lo que hacemos que en lo que decimos. Muy de acuerdo. Pero estos pequeños vampiros emocionales también establecen una diferencia entre lo que hacemos. No es lo mismo vernos actuar mecánicamente o por deber, que cargados de emoción. Satisfechos de las decisiones que tomamos.

Así que no lo dudes. Tus valores reales son lo que estás transmitiendo a tus hijos. Se palpan, se huelen en el ambiente. Les entra por los poros. Pero esta moneda tiene un anverso y un reverso. Como todas. Transmitirles estos valores implica dejar de lado a otros de la lista ¿te hubiesen gustado otros resultados? Si es así vas por buen camino. El primer paso es darse cuenta. De eso trata la técnica de la clarificación de valores.

¿Te sorprendiste al hacer el ejercicio? ¿Te hubiese gustado tener otros resultados? ¿Qué vas a hacer con lo que has pensado? Ponnos al día. Comenta. Nos encantaría saber sobre tu experiencia.

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Autor: Gorka Saitua Pedagogo de formación. He trabajado desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de la provincia de Bizkaia. En la actualidad soy orientador familiar. Me encanta investigar y compartir mi experiencia con otros y otras profesionales.