[…] El fuego gritaba que él era peligroso y, así, los enemigos y los fantasmas no se le acercaban, porque le tenían miedo. […]
Seguir leyendo «El niño de fuego»
[…] El fuego gritaba que él era peligroso y, así, los enemigos y los fantasmas no se le acercaban, porque le tenían miedo. […]
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[…] Esa razón de fuerza mayor no suele ser que la madre o el padre los tenga muy gordos. No suele bastar con eso. Normalmente, suelen ser motivos relacionados con la supervivencia, es decir, que la infancia parentalizada suele sentir que, de no cubrir las necesidades de cuidado en los otros, puede acontecer algo terrible o alguien puede perder la vida. […]
Seguir leyendo «Parentalización, enfermedad y sacrificio»
[…] —Sí, Amaia. Su magia. Es un cuento cargado de magia. De una magia que no podemos predecir ni controlar, porque tiene vida propia. Pero descuida, no te apures, que siempre opera para bien, en positivo. […]
Seguir leyendo «Un cuento especial»
[…] Es verdad, hay familias que dejan a las niñas y los niños en terapia, con la esperanza de que la figura profesional pueda ayudarles a gestionar mejor algunas dificultades o problemas, y que no siguen los consejos de los profesionales o evitan las reuniones con estos. Esto te lo compro. Pero atribuir a este tipo de actitudes una intención negligente o maligna, es seguramente una de las formas de mala práctica profesional más extendidas. […]
Seguir leyendo «La infancia en el “taller”»
[…] si aceptamos que los libros de texto pueden ser un StarGate para que el horror que viven en la escuela acceda a casa, es decir, a su espacio más seguro, cambia el inicio, el nudo y los desenlaces ideales para el relato. […]
Seguir leyendo «Orfeo y el portal al infierno»
[…] —Cuando nos metemos a la cama con emociones muy fuertes, como la que tu ayer sentías probablemente aquí, en la tripita —asintió levemente— la mente construye sueños a su alrededor, coherentes con lo que sentimos. Es como si nuestro cerebro, que es muy listo, nos ayudase a dar salida a esas sensaciones, creando un cuento para ello. […]
Seguir leyendo «Sacudirse el miedo»
[…] Sea como sea, con la salvedad, quizás, de las neurodivergencias, esta proliferación de etiquetas, diagnósticos de salud mental —algunos de los cuales por definición son crónicos, fíjate qué burrada— y explicaciones que atribuyen toda la responsabilidad a las personas, omite una idea fundamental: que la desorganización afectiva de las personas no está tan relacionada con la adversidad temprana como nos gusta presuponer, sino que depende mucho más de la calidad de las relaciones y de los apoyos que puede disfrutar una persona en ese preciso momento. […]
Seguir leyendo «No reconozco a mi hija/o»
[…] Las respuestas traumáticas suelen aparecer en respuesta a algún tipo de violencia. Grábatelo a fuego. Ya. […]
Seguir leyendo «El trauma como respuesta a la violencia»
[…] Está dividida. Una parte suya, conectada con su propia historia de sufrimiento, le dice que ese niño está aislado y que está siendo maltratado; mientras que otra parte, más racional, le dice que no hay información objetiva que le obligue a proteger. […]
Seguir leyendo «Una maldición bíblica»
«La calma puede ser un resultado grato, pero no debe ser nunca un objetivo».
Seguir leyendo «Antes de preguntarte por el trauma»
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