[…] —Me amenaza con irse a Bolivia y ¡llevarse a mi hija con ella! ¿Te lo puedes creer? Siempre está pensando en sí misma. No hace ni caso a lo que la niña y yo necesitamos. Y lo peor de todo es que le veo capaz de hacerlo, ¿sabes? Tiene esos impulsos y los lleva a cabo. […]
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