[…] Ante una situación como ésta, no es extraño que los hermanos o las hermanas se carguen de energía. Es la forma natural que tiene su cuerpo de prepararlos para enfrentar los retos que, al parecer, se les vienen encima. Y lo habitual es que arranque su respuesta de lucha. Una respuesta que no sólo denota incomodidad ante la situación que están viviendo, sino una clara voluntad para hacer algo, es decir, pasar al acto, y resolver lo que los mayores no pueden. […]
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