[…] Y la única manera que encontró para expresar esa maravillosa resistencia fue gritar que no, ¡¡que nooooo!! Que no quería salir de su casa. […]
Seguir leyendo «Puedes ir, la vida te necesita»
[…] Y la única manera que encontró para expresar esa maravillosa resistencia fue gritar que no, ¡¡que nooooo!! Que no quería salir de su casa. […]
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[…] Bajo brevemente la barbilla y la vuelvo a subir, en señal de respeto. Y te pregunto, con verdadera curiosidad, sobre todos los esfuerzos que has hecho para que se me reconozca el valor que tengo como persona. Porque estoy seguro de que has hecho un montón, muy intensos y durante mucho tiempo. […]
Seguir leyendo «Conversando con la vergüenza II»
[…] —¿Te doy miedo? —le digo— No entiendo nada. Se supone que era yo quien tenía miedo de ti. […]
Seguir leyendo «Conversando con la vergüenza»
[…] —Es que me siento “muerta por dentro” —reconoció, y sus palabras me enternecieron por las tripas. […]
Seguir leyendo «El freno vagal | una experiencia en el campo»
[…] Poco a poco, Laura fue cediendo. Sabía que Asier era un buen hombre, y que su hija estaba a salvo con él, mientras ella se recuperaba. Pero, al hacerlo, se transformó en una espectadora pasiva de la relación entre el padre y su hija: la que mira y no participa. Y desde ese lugar, seguía recibiendo el mismo mensaje: “es él quien se tiene que hacer cargo de la niña porque eres una madre terrible, que hace sufrir a su hija e, incluso, fantasea con asesinarla”. […]
Seguir leyendo «El impacto de una depresión postparto»
[…] «Cuidado con ella, Gorka», me han dicho, diciéndome indirectamente que se trata de una persona peligrosa, de la que me tengo que proteger. Y, claro, yo, que no soy de piedra, me he cagado un poco encima, porque ¿quién será esta tipa para que me adviertan así? […]
Seguir leyendo «La paranoica»
[…] Asier se encontró con un problema imposible de resolver. Él deseaba, con todas sus fuerzas, recuperar la relación con sus amigos, es decir, volver a tener un sentido de pertenencia en ese grupo; pero, cuanto más se esforzaba por lograrlo, más era etiquetado como incapaz, incompetente o loco. […]
Seguir leyendo «El vacío»
[…] La cosa es que yo llevo encima uno desde que tengo uso de razón y recuerdos. Y me ha traído por la calle de la amargura, porque un tío de 100 kg, con apego evitativo y cara de mala hostia, que se pone a lloriquear como un mocoso en el cine… puescomoquenó. […]
Seguir leyendo «La narrativa de la espera, y la aparición de un dragón»
[…] Para él era muy doloroso verse gris en un mundo abarrotado de niños de colores. Sentía que todo el mundo se daba cuenta de su ausencia de color, y que eso le colocaba por debajo, como una hormiga insignificante o una rata apestosa. […]
Seguir leyendo «Un niño gris»
[…] Pero, en el año 2020, llegó la tragedia. Empezó con un dolor de garganta, luego fiebres altas y finalmente una neumonía bilateral terrible que le llevó al hospital. En apenas 3 días había fallecido. […]
Seguir leyendo «Un duelo congelado»
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