[…] El fuego gritaba que él era peligroso y, así, los enemigos y los fantasmas no se le acercaban, porque le tenían miedo. […]
Seguir leyendo «El niño de fuego»
[…] El fuego gritaba que él era peligroso y, así, los enemigos y los fantasmas no se le acercaban, porque le tenían miedo. […]
Seguir leyendo «El niño de fuego»Prácticamente todas las personas contamos con uno o varios profesores que han sido especialmente decisivos en nuestras vidas. Nos han ayudado a comprender mejor qué es lo que queríamos para nuestro futuro, nos han permitido conocernos y valorarnos mejor, o nos han dado fuerzas para superar algún reto que nos abrumaba. Es decir, han sabido “conectar empáticamente” con nosotros y motivarnos desde nuestra realidad más íntima.
No obstante, existe un grupo de niños y niñas con quienes esta tarea es mucho más difícil, y menos intuitiva. Y son precisamente los y las que más lo necesitan: las víctimas de abandono o de malos tratos. En estos casos es necesario algo más que actuar desde el corazón. Aquí te ofrecemos algunas ideas para empezar.
Debe estar conectado para enviar un comentario.