[…] El abandono es pegajoso. Una vez que aparece, se pega en cualquier sitio. Y no se va, ni con amoniaco, ni con lejía. Penetra hasta lo más profundo del alma, diciendo y recordando a la gente que no es digna de amor y que, por tanto, carecen de cualquier tipo de valor. […]
Seguir leyendo «El abandono pegajoso «