[…] Esta forma de libertad, utilizada conscientemente, está íntimamente ligada a la duda. Cuando una persona se hace una “paja mental” —la forma popular de honrar con nuestros genitales a tan magnífico prodigio—, lo hace sabiendo que se puede equivocar, que es una apreciación suya, y que no necesariamente se corresponde con lo que la mayoría están pensando. Por eso, el uso de la libertad epistémica tiene un transfondo de honestidad y humildad severas, en el sentido de que una o uno se reconoce como alguien que piensa en soledad y, por tanto, con miedo a estar equivocado. […]
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