[…] Paula sintió como su pecho reaccionaba. No podía ser. Llegarían tarde a la carrera y la posicionarían como la última. A Paula siempre le había desagradado un montón ser la última: o sentía como un fracaso y una humillación ante sus compañeras. ¡Eso no podía pasar! ¡Por nada del mundo! […]
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