[…] Fue entonces cuando tomé una decisión. Si tenía que matar, lo haría de la manera más compasiva posible. De la manera más rápida e indolora. […]
Seguir leyendo «Soy un asesino a sangre fría: sobre los recuerdos autobiográficos»
[…] Fue entonces cuando tomé una decisión. Si tenía que matar, lo haría de la manera más compasiva posible. De la manera más rápida e indolora. […]
Seguir leyendo «Soy un asesino a sangre fría: sobre los recuerdos autobiográficos»[…] Cada vez que nos acercamos a las personas a quienes tenemos la responsabilidad de acompañar, nos incorporamos en una historia que se relata con un inicio, un desarrollo y un final anhelado, convirtiéndonos en otro personaje en escena. Y este personaje tiene dos caras: la que nos queremos creer como profesionales, y la que nos reconoce y otorga esa persona o familia. No hay que decir que la segunda es la más importante, así como la que tan a menudo nos pasa desapercibida. […]
Seguir leyendo «El consejero del reino: un nuevo personaje en su historia «[…] Carlos fue, en consecuencia, un niño demasiado protegido. Aunque ya no tenía problemas de corazón ni de columna —los médicos le habían dado el alta, destacando que estaba sano—, su familia no pudo pasar página. Sencillamente, no era posible con esos niveles de conflicto donde sólo cabían reproches y, si me apuras, cierta competición para determinar quién ganaba la carrera por ser el mejor progenitor y el más querido por los niños. […]
Seguir leyendo «El inútil que nunca lo fue: consecuencias de un divorcio conflictivo»[…] Lo que viene después, ya te lo imaginas. Un charco de sangre en el suelo, y una cuchilla. Policía, ambulancias, médicos y un ingreso hospitalario prolongado, con interconsulta a psiquiatría. […]
Seguir leyendo «El diagnóstico como relato de salvación en la propia historia «[…] Muchas veces, las y los profesionales necesitamos sostener dicha alarma para mantener el trabajo con esas personas o familias. A veces, por motivos turbios, como cuando alguien destaca lo negativo o chungo de la gente, para dar importancia a su trabajo —que pasa más de lo que nos gustaría reconocer —; y, otras veces, por motivos más confesables o altruistas, como, por ejemplo, cuando se necesita justificar sostener cierto apoyo a las personas que lo necesitan. […]
Seguir leyendo «Las garras de la alarma: formas de violencia estructural que pasan desapercibidas «[…] Creo que, con los años, he desarrollado algo así como un sentido arácnido. Una maldita intuición que me hace registrar, muy de cerca, los detalles que mandan a la mierda mis hipótesis. […]
Seguir leyendo «El reajuste de las hipótesis: todo un gusto «[…] Si algo me ha enseñado la teoría sobre el apego y el trauma es que la diferencia entre factores de riesgo y de protección ha quedado completamente desfasada. Vamos, que es una terminología que, lejos de ayudar, nos confunde y causa daño a las personas a quienes acompañamos. […]
Seguir leyendo «La dicotomía entre factores de riesgo y protección: un absurdo simplista «[…] Muchas mujeres viven seducidas por la narrativa de la princesa abandonada. No es casualidad que muchos cuentos infantiles traten sobre eso. Pero, si apuramos un poco la máquina, podemos ver que detrás de esa fantasía subyace la historia de una niña que se esfuerza por hacer presente a un padre ausente. […]
Seguir leyendo «La narrativa de la princesa abandonada «[…] Para que nos entendamos. Si la primera implica una perspectiva cognitiva y la segunda afectiva, el autorreconocimiento es esencialmente relacional. Es decir, se define como la capacidad que tenemos las personas para reconocernos en las diferentes partes protectoras (directivas, apagafuegos y, sobre todo, exiliadas) que podemos articular. […]
Seguir leyendo «Autorreconocimiento: ¿la tercera dimensión del autoestima?»[…] La hipótesis era que, lejos de lo que pudiera parecer, las familias que más resistencias muestran en los primeros estadios de su relación con el sistema de protección a la infancia presentan mejor pronóstico que las que parecen más dispuestas a someterse y colaborar. […]
Seguir leyendo «A favor de las resistencias: una cura de humildad «
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