El secreto mejor guardado sobre el papel higiénico

Nuestras bases seguras no se sustentan en razones lógicas, sino en un sistema simbólico complejo que conecta a través del cuerpo con necesidades que tenemos que satisfacer.  

Todas y todos sentimos algo de ANGUSTIA o MIEDO durante la cuarentena, pero sólo algunas personas pueden reconocerlo.  

Con suerte, se habla de miedo a la enfermedad o a la muerte, distinguiendo entre la propia y la de los seres queridos. Pero no hablamos de los MIEDOS que realmente nos afectan y nos movilizan, a saber, el miedo a no encontrar papel higiénico, a no poder ir al gimnasio, o a que no quede cerveza en el supermercado.  

Curiosamente, estos son los miedos que nos desestabilizan. Porque nos dan de lleno en la línea de flotación, esto es, en nuestras BASES SEGURAS 

Parece estúpido decir que una de nuestras bases seguras —esas cosas que nos mantienen en un estado de integración, porque sabemos que podemos recurrir a ellas cuando lo necesitamos para atorregularnos— es el papel higiénico, pero para muchas personas sentir que su casa está abastecida y su higiene resuelta, es algo más que una tontería. Es lo que necesitan para ESTAR EN PAZ con ellos mismos, con sus seres queridos, y con el mundo en general. 

Puedes decirles que es una tontería, que no les va a faltar. Que el culo también puede lavarse en la ducha o con el agua del bidé; pero nada va a cambiar.  

Nuestras bases seguras no se sustentan en razones lógicas, sino en un sistema simbólico complejo que conecta a través del cuerpo con necesidades que tenemos que satisfacer.  

Yo, por ejemplo, lo primero que hice al enterarme de que se había decretado la cuarentena, fue asegurarme de que disponía de todo lo necesario para hacer ejercicio en casa: un TRX, unas comas elásticas, unas pesas y tablas de posturas de yoga, que siempre he querido explorar.  

Parece una tontería, pero no lo es.  

Si me faltase esto, lo iba a pasar fatal.  

No me importa limpiarme el culo con la alcachofa de la ducha, comer a base de pasta cruda, o que me taladren los medios con mensajes de tranquilidad y, al rato, de que vamos a morir. Con eso puedo, y con menos también.  

Pero que no me quiten mi gimnasio en casa, porque si no reviento el mundo para poderme desfogar.  

Pues eso. Aunque parezcan chorradas, respetad. Porque la gente lo hace para poder regularse, y no hacerse más daño a sí mismos o a los demás.  

Y tú, ¿qué necesitas para la cuarentena DE VERDAD? 

Referencias: 

PORGES, S.W. (2017) Guía de bolsillo de la teoría polivagal: el poder transformador de sentirse seguro. Barcelona: Eleftheria

SCHWARTZ, R.C. (2015). Introducción al modelo de los sistemas de la familia interna. Barcelona: Eleftheria

WALLIN, D. (2012). El apego en psicoterapia. Bilbao: Descleé de Brouwer

En este blog «caminamos a hombros de gigantes». La mayor parte de las ideas expuestas se basan en nuestra bibliografía de referencia.

Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo:

2 comentarios en “El secreto mejor guardado sobre el papel higiénico

  1. Nur

    en mi caso me daba miedo quedarme sin leche, tengo un bebé de dos años y temía encontrarme en la situación de no poderle dar ese bibe que le ayuda a dormir. Me sentiría súper mala madre por no darle lo que necesita, más allá de que pudiera pensar que igual es el momento de que lo deje, porque no sería una decisión sino una obligación provocada por (este es el miedo) la incapacidad de ser la madre protectora que todo lo provee. Dicho queda

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