El gran secreto de los Reyes Magos 

Me preocupa es que no seamos libres para decidir si participamos en la tradición del Día de Reyes.  

«Hemos GLOBALIZADO una tradición que se fundamenta en MENTIRTODOS los niños y niñas.» 

Casi seguro que estas palabras se pierdan en el vacío. Y que, a fin de cuentas, nosotros también acabemos aceptando la tradición de los REYES MAGOS. Pero no por gusto, sino porque, entre otras cosas, no queremos que nuestra hija sufra daño al ser señalada como un bicho raro por otras personas, adultas y niñas.  

Se acepta como VERDAD ABSOLUTA que, para mantener o incrementar la ILUSIÓN, es necesario MENTIR a la infancia. Decirles que unos desconocidos mágicos y “magicos” entrarán de noche en casa para dejarles regalos.  Y esto, se mire por dónde se mire, es ABSURDO. 

Los niños y las niñas saludables, que se sienten seguros y queridos, se ilusionan en contacto con el mundo y con sus seres queridos. Disfrutan de la magia, porque es parte de cómo comprende la realidad su cerebro. Y no necesitan un día especial ni que les mintamos para hacerlo. 

No es un secreto que muchos niños y niñas se sienten abrumados cuando descubren la verdad sobre los reyes magos. Y en el fondo de su malestar hay un legítimo sentimiento de TRAICIÓN porque las personas a quienes más quieren, les han MENTIDO. 

A fin de cuentas, tienen todo su derecho a sentirse así, porque la mentira invariablemente nos ALEJA de nuestros seres queridos ¿Merece la pena? 

Es extraño que el ÚNICO día del año en el que todos los adultos, hombres y mujeres, se ponen de acuerdo para mirar a la infancia, esté basado en HACER REGALOS 

¿Qué dice esto de nosotros y nosotras? 

Es cierto que muchas familias aprovechan para juntarse y comer juntos. Pero esto forma parte de la decisión de cada uno. Pero la OBLIGATORIEDAD sigue siendo regalarles COSAS 

Lo que me parece censurable no es tanto la tradición en sí misma, como que hayamos PERDIDO la capacidad de elegir si queremos o no participar en ella. Para ello, ha tenido que actuar un PODER muy grande, con intereses muy marcados. Porque, no nos engañemos, a muchos padres y madres nos sigue REPUGNANDO la idea de mentir a nuestros hijos e hijas. Y por la tradición, nos vemos obligados a hacerlo. 

A fin de cuentas, identificar a un tercero mágico como la persona que trae los regalos, no tiene demasiado valor si enfocamos la experiencia de los y las peques, muchos de los cuales, sienten un miedo normal ante la intromisión de unos extraños. Pero sí tiene consecuencias a la hora de INFLAR la CARTA a los Reyes Magos. Porque si son mágicos y puedo pedir todo lo que deseo, alguien se sentirá, a fin de cuentas, obligado a comprar más de lo previsto o lo necesario.  

Así que haz lo que quieras. Cumple o no con la tradición. Hazlo a tu manera. Pero, al menos, asumamos que MENTIRA e ILUSIÓN sólo se relacionan en la mente de los adultos [y adultas].

Quizás deberíamos ser un poco más críticos contra tradiciones que también pueden hacer daño o distanciarnos de nuestros hijos e hijas. Tú verás si a los tuyos les compensa.  

Sea lo que sea ¡Feliz día de los Reyes Magos!


Gorka SaituaAutor: Gorka Saitua. Soy pedagogo y educador familiar. Trabajo desde el año 2002 en el ámbito de protección de menores de Bizkaia. Mi marco de referencia es la teoría sistémica estructural-narrativa, la teoría del apego y la neurobiología interpersonal. Para lo que quieras, ponte en contacto conmigo: educacion.familiar.blog@gmail.com

9 comentarios en “El gran secreto de los Reyes Magos 

  1. Lucía

    Gorka, visto así, su artículo tiene todo el sentido, pero yo lo veo desde otra óptica. No olvidemos que los niños son eso: niños. Desde bebés, y la más absoluta vulnerabilidad, inician un “aprendizaje” progresivo, en el que van ganando autonomía, seguridad… y los padres y adultos tenemos la responsabilidad de protegerlos y proporcionarles medios adaptados y seguros para desarrollarse. No les explicamos como es el mundo de adultos, y desgraciadamente de muchos niños, desde el principio, a veces porque aún no lo van a entender, otras para protegerlos. Los adultos les mentimos, fingimos felicidad, nos mordemos la lengua, nos tragamos la bilis… en muchas situaciones desagradables, ¿por qué no ilusionarse y ser felices con sus miradas, sus sonrisas y su ilusión, aunque sea una mentira, ese día? Seguro que un día se llevan una decepción cuando descubran que es mentira, …, seguro que no será la única, conforme pasen los años y se vaya desprendiendo el velo de la inocencia, y aprendan lo bello y lo bueno, pero también la brutalidad y la maldad. Yo este año les seguiré mintiendo, y puede que a los 7 años o antes, tenga que enjuagar unas lágrimas cuando descubra la verdad, pero al menos no me podrá reprochar que le robé esa ilusión.
    Y por otro lado, respecto a los regalos, intentaré que no asocie la felicidad a lo material.

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    1. Gracias Lucía. Qué gusto escuchar otras opiniones formuladas desde la razón y el respeto.

      A pesar de la contundencia del artículo, yo todavía no estoy seguro de cómo hacer las cosas; así que gracias por aportarme tu punto de vista.

      Un saludo desde Bilbao!

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  2. Ignacio

    Me ha emocionado leer q no solo yo era ese bicho raro. Gracias Gorka.
    Cuanto mas les mintamos mas tendran q reprocharnos. Pienso q es directamente proporcional. Somos sus maximxs referencias en la vida. La incoherencia y la falta de honestidad les hace mucho daño, así creo estar viviendolo.
    Podemos tener tradiciones y hacer regalos en fechas concretas , y mantener la ilusion, creo q no esta reñido con decir la verdad. Creo q no es bueno basarlo en una gran mentira.
    Yo intentaré no mentirles nunca, y si hay algo q no las debo contar todavia, entenderan q pospongamos esa conversacion para mas adelante, pues la entienden a cualquier edad, q las capacidades de lxs peques “pequeños” no las tienen lxs mayores.
    Gracias por informar y por vuestras opiniones.

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  3. Montse

    Está claro que tocaste un tema polémico que genera discrepancias y por lo tanto diversidad de opiniones. Lo que no esperaba encontrar en un espacio como este, de debate, es el insulto en lugar del argumento. 🤔😓
    Un poquito de por favor, que diría Mafalda. 😉
    Feliz año a tod@s!

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