Los microrrelatos son una estrategia estupenda para hacer pensar a tus hijos o hijas. Se trata de cuentos cortos, con un final abierto o inconcluso. Sólo tienes que preguntar ¿cómo te lo explicas? y dejar que se devanen la cabeza. No les des una respuesta, deja que fluya su pensamiento. 

Al llegar a la Mansión sintió cómo menguaba su orgullo. Se avergonzó de su vestido raído y de la mugre de sus zapatos.

Con la mirada baja, llegó al despacho donde le esperaba el Don. Amancio, el reconocido hombre de negocios.

—Te impongo una prueba para conseguir el trabajo —comenzó a explicar, gravemente—. Vas a llevar este pastel hasta la casa roja. Asegúrate de que llegue intacto.

Nahia emprendió el camino. El calor comenzó a derretir el postre, y la melaza cayó hasta alcanzar sus dedos. Cremoso, fresco y dulce; no puedo evitar la tentación de probarlo de nuevo.

Al llegar le recibió un severo mayordomo. Examinó el pastel minuciosamente.

—Has comido —sentenció—. No darás problemas, quedas contratada.